Un mes después de anunciar que no aspiraba a la Presidencia del Congreso, Meritxell Batet ha anunciado este miércoles que abandona “la primera línea de la política” y, con ello, dimite de su acta de diputada. El barcelonés Así concluyen 19 años “intensos” como representante del pueblo español, tiempo que le ha permitido ostentar la tercera autoridad en el país y también sentarse en la mesa del Consejo de Ministros. Batet le deja por “motivos personales”, según fuentes del PSC, partido en el que milita desde 2008 y que tiene una ‘cuota’ en su relación con el PSOE.
Cuando, en 2013, Batet votó (tres veces) a favor de la celebración de un referéndum independentista en Cataluña, con el resto de diputados del PSC a excepción de Carme Chacón y en contra del PSOE que entonces lideraba Alfredo Pérez Rubalcaba, Nadie o pocos podían imaginar que alguien que está en condiciones de permitir la desintegración de España pudiera convertirse en la tercera autoridad del país. Sin embargo, así fue y el 21 de mayo de 2019 Batet asumió la presidencia del Congreso en sustitución de Ana Pastor (PP).
Con estas líneas quiero comunicar que dejo la primera línea de la política y que he renunciado a mi acta de diputado. Han sido 19 años intensos como diputado de la @gpscongresoMinistro del Gobierno de España y Presidente del @Congreso_Es .
— Meritxell Batet (@meritxell_batet) 6 de septiembre de 2023
Poco más de cuatro años después, en su despedida como presidenta de la Cámara Baja, Batet (Barcelona, 1973) aseguró -según fuentes del PSOE- que “ha sido un gran honor haber desempeñado esta responsabilidad” y quiso para mostrarle su “enorme agradecimiento”. por “todo el apoyo recibido durante estos años”. Además, en un mensaje ininstitucional, Se mostró convencida de que habrá una “mayoría progresista” en la Mesa para continuar “con los grandes avances conseguidos” en la legislatura que finalizó el 23-J y que Pedro Sánchez mantendrá La Moncloa, porque “es la que ofrece las mejores soluciones a los problemas de la ciudadanía frente a aquellas que sólo ofrecen regresión.
En cualquier caso, el legado de Batet estará marcado, entre otros hitos, por la gestión de la pandemia. Y la decisión ilegal de cerrar el Congreso, entre marzo y abril de 2020, según lo determinó el Tribunal Constitucional. Los magistrados del tribunal de garantía -por mayoría- señalaron que Batet violó el derecho fundamental de participación política y anuló los acuerdos de la Mesa que, a su vez, anuló los plazos reglamentarios de las iniciativas parlamentarias.
El Tribunal Constitucional recordó, en octubre de 2021, cuando anunció la sentencia tras un recurso de Vox, que la declaración del Estado de alarma, aprobada en el Congreso a instancias del Ejecutivo -también declarada irregular por el tribunal-, “no puede en no hay caso interrumpir la operación de cualquiera de los poderes constitucionales del Estado y, en particular, del Congreso de los Diputados».
La respuesta del que fue candidato del PSC a Barcelona el 23-J, que hoy se despide como diputado, fue, pues, defender lo hecho en 2020 y, contrariamente a lo dispuesto por el Constitucional, Asegura que “el objeto” de las medidas adoptadas “fue mantener las funciones constitucionales del Congreso”.
Otro tema que quedará reflejado en su currículum es la retirada del escaño a Alberto Rodríguez (Podemos). Rodríguez fue condenado por diversos delitos contra la administración pública por la Corte Suprema, por hechos cometidos antes de ser diputado en el Congreso. El Tribunal Superior confirmó la decisión de Batet. El caso está en manos del Tribunal Constitucional, que podría optar por darle la razón a Rodríguez, aunque su decisión no tendrá consecuencias reales sobre el acto que perdió el político canario.
La retirada del escaño morado fue motivo de fuertes disputas con Podemos y, tras las elecciones de julio, las filas del partido de Ione Belarra aprovecharon para pedir la ‘cabeza’ de Batet. En las palabras de Pablo Echenique, que fue portavoz del grupo Podemos en el Congreso hasta el 17 de agosto, habría sido “una temeridad” que Batet repitiera como presidente del Congreso. La Cámara Baja no contará con ninguno de los dos.
El candidato del PSC en la última cita electoral tampoco había sido el favorito de los grupos independentistas catalanes. Porque es del PSC y catalana. Un rival electoral. Como excusa, se dirá que Batet no permitió el uso del catalán -euskera, gallego y, entre otros, aranés- en el Congreso -que ahora permitirá Francina Armengol, mediante una reforma de la normativa- y ahí quedará su Advertencias a Albert Botran (CUP), que aun sabiendo que en la Cámara Baja se debe utilizar el lenguaje común que entienda el cien por cien de los diputados, obligó a Batet en varias ocasiones a recordárselo y retirarle la palabra.
Pese a las polémicas (otra: expulsó a Macarena Olona de una sesión de la Diputación Permanente en noviembre de 2019) y al uso partidista que pudo hacer, según la oposición, el trato de Batet con todos los diputados fue amable y correcto. No hay duda de ello.Iván Espinosa de los Monteros (Vox), que hace unas semanas se despidió del Congreso, lo confirmó: «He tenido una relación cordial y correcta. Espero no lastimarla demasiado al decir esto”.
Profesor de Derecho Constitucional y diputado desde 2004, Fue reclutada por el PSC en 1996 pero no se incorporó hasta 2008. Tras la moción de censura de Sánchez, en 2018 fue nombrada ministra de Política Territorial y Función Pública. Tenía menos de un año. En mayo de 2019 fue elegida presidenta del Congreso. No repetirá. Ahora también se despide como diputada. Tras conocer la noticia, Salvador Illa, primer secretario del PSC, ha asegurado que Batet siempre será “un activo para el socialismo”.