El impétigo, la gran amenaza de la vuelta al cole



La vuelta al cole alerta tanto a padres como a trabajadores del centro, debido a la amenaza de una infección de la piel: impétigo. Esta infección bacteriana es más propensa a los niños pequeños de entre dos y cinco años y, aunque no es grave, es muy contagiosa. Se puede identificar a través de ampollas Aparecen en diferentes partes del cuerpo, como alrededor de la boca o la nariz, y se contagian mediante el contacto con estas ampollas o el líquido que producen.

El problema, su persistencia en el tiempo

Esta preocupación comenzó a raíz de un brote en un colegio de Benicarló, en Castellón. Comenzaron con una veintena de niños, aunque, durante el alta tasa de infección, se infectaron más. Las condiciones climáticas tampoco ayudan, el humedad y temperaturas Las condiciones actuales también podrían aumentar las infecciones. Aún así, esto no es lo que más preocupa.

El principal problema es que numerosos estudios están demostrando que las bacterias que causan esta infección están siendo resistente a los antibióticos siempre han terminado con eso.

Los expertos advierten que “estamos ante uno de los principales problemas de salud que enfrenta la humanidad”, ya que el bienestar de la humanidad depende de que los antibióticos funcionen, advierte Bruno González Zorn, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid.

tipos de impétigo

Se estima que 140 millones de personas Pueden sufrir esta infección a lo largo de su vida, aunque la mayor incidencia se encuentra en la población de edades tempranas.

Hay dos tipos tipos de impétigo: no ampolloso, que representa el 70% de los casos, y ampolloso, que representa el 30%. La primera, provocada por Staphylococcus aureus o Staphylococcus pyogenes, se identifica por la aparición de costras de color miel en la cara y las extremidades. El segundo tipo, causado por Staphylococcus aureus, produce ampollas grandes y es más probable que afecte zonas que se frotan constantemente, como las axilas.

La cura

El la gravedad es mínima. Es una infección que desaparece con un antibiótico en dos o tres semanas sin dejar cicatrices y rara vez presenta complicaciones.

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