“Non sabemos como se orixinou, pero cremos que foi na chimenea”, explica Tenzing Ngeyung, una de las monjas que este martes vio como el templo budista de San Amaro en el que vivía fue prácticamente arrasado por las llamas.
Ahora ella y sus compañeros se encuentran a la prórroga del crónica de los bomberos para conocer como se encuentra la estructura del edificio, tanto por internamente como por fuera, para ver si es posible entrar a recuperar algunos de los objetos que no ardieron tras el paso del fuego.
Aunque todavía no se conoce cuál fue el origen de las llamas, Tenzing Ngeyung cree que empezó en el dormitorio “a través do tiro da chimenea, dalgún xeito. Aínda está por confirmar, pero o único punto de calor da vivenda era este”, explica señalando una de las esquinas de la vivienda, donde se aprecian las marcas negras que han dejado las llamas.