Los alumnos de Vilamarín, en la boda pero sin compromiso



Para aguantar la idea a la ejercicio estuvieron preparando todo al detalle durante tres meses con todos los estudiantes del centro volcados en su ejecución. “Todo el alumnado del CIFP participa, los compañeros de cocina se encargan de elaborar la comida; servicio realiza el cóctel; panadería y pastelería hace la tarta y toda la carta de panes; desde alojamiento turístico nos encargamos del protocolo del evento”, indicó Rocío Pérez, profesora del Ciclo Superior de Encargo de Alojamientos Turísticos.

En la ceremonia incluso participaron alumnos de otros centros educativos, como es el caso del Conservatorio Profesional de Música de Ourense (CMUS), que se encargaron de la música en la ceremonia, y del 12 de Octubre, que peinaron y maquillaron a los novios, padrinos y a algunos invitados.

Ceremonia

Pasadas las 12 de la mañana, los prometidos bajaron las escaleras del centro, camino al altar, mientras los estudiantes del CMUS tocaron una cuarto con instrumentos de cuerda para la ocasión. Tras escuchar los discursos correspondientes de los acompañantes de los novios, uno y otro se dieron el sí quiero y los asistentes comenzaron a aplaudir efusivamente con gritos de ¡Viva los novios!

 “Vine a Ourense desde Inglaterra por la cocina, la comida aquí es otro nivel, y dos meses luego me estoy casando, no me puedo quejar”, bromeó Nico Mackay, que ejerció de novio. “Fue todo muy actual, aunque por ahora no tengo ganas de casarme de verdad”, indicó por su parte Carlota Suárez, que ocupó el papel de novia.  

Tras la ceremonia, llegó la hora de ingerir, primero con un cóctel que incluía aperitivos como arepas con carne mechada y pinrel, anca al corte o nigiri de ceviche de robaliza y perlas cítricas. Luego, llegó el momento del banquillo, donde los invitados disfrutaron de dos platos de marisco, uno de pescado, uno de carne y un sorbete. Por otra parte, como sucede en todas las bodas, incluso hubo tarta nupcial.

Es una experiencia maravillosa, pienso que es la mejor modo de cultivarse a trabajar”, afirmó rotundamente Calviño

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