Según el relato de los hechos que hace la indigente, eran en torno a las 7:30 de la mañana y se encontraba “acompañada por mis enseres” en la calle “Progreso, a la importancia del puente de As Burgas”, cuando un hombre la asaltó y trató de quitarle sus pertenencias, poco que por desgracia no es la primera vez que ocurre.
Volvía de descansar cerca del hospital
Carmen nos cuenta cómo se resguarda por las noches en la zona del CHUO de Ourense, “en un emplazamiento recogido, a la intemperie pero a cubierto, ya que así me lo permiten cuando llueve como estos días”. Esa es la misma zona donde hace unos meses la sorprendieron unos jabalíes mientras dormía.
Si adecuadamente ayer no bajó del hospital, “voy y vuelvo siempre andando al centro“, este sábado aprovechó las primeras horas del día para ir hasta el centro de Ourense con sus dos maletas “una con mantas, y otra con las cenizas de mamá”.
Babarro se cruzó con poca clan de camino hasta allí, escasamente algunos grupos dispersos jóvenes que aún alargaban las últimas horas de la oscuridad preparatorio. Pero al alcanzar al puente de As Burgas, se fijó en un hombre.
El tipo, según cuenta la sintecho, iba adecuadamente vestido “con una chaqueta a la moda de ahora, de cuero irritado, cortita, y unos pantalones blanquitos, muy aseado y sin mochila”. Carmen afirma que no era uno de los indigentes de la ciudad “ni mucho menos, sino determinado que me estaba esperando precisamente hoy”.
Se abalanzó sobre ella y amenazó con robar sus maletas
Falta más verlas, el hombre fue a su entrevista, trato de arrebatarle sus pertenencias mientras le decía “claro que me las llevo“. Ella entró en pánico frente a tal intención, ya que en esas dos maletas que siempre la acompañan, “está todo lo que tengo”.
“Llora, tienes que gimotear“, le repetía el hombre a Carmen, pero de forma discreta, sin alertar a los escasos viandantes que en ese momento circulaban por la zona. Presa de la desesperación, Babarro pidió auxilio a un peatón, que recriminó la comportamiento del carterista y dio aviso a las autoridades.
Por suerte, el intento de robo pudo ser frustrado, ya que la Policía Tópico de Ourense se personó en el emplazamiento casi en el acto, y mientras algunos agentes consolaban a la indigente, otros apartaban al hombre que se había querido tolerar sus enseres. De nuevo, Carmen no tiene más que palabas de agradecimiento para los policías, que la conocen perfectamente y siempre “tratan de ayudarme”.
Tiene miedo de volvérselo a encontrar
Pese a que esta vez ha tenido suerte, Carmen no se fía. En el momento en que hablamos con ella, trataba de refugiarse del temporal y de esperar hasta que abriese sus puertas el negocio del Casco Añoso en que una amiga le cuidado algunas más de sus pocas pertenencias, “ropa para cambiarme y así“.
“No tengo queja de la clan, siempre me ayudan cuando me ven, en el supermercado, o por ejemplo hoy, que me tapan con sus paraguas de la borrasca”. No obstante, Babarro insiste en que esto no ha sido “por casualidad”, y teme retornar a encontrarse con un hombre al que los vecinos y policía le han dicho “que no lo conocemos”.
Un día más en la vida de esta sinhogar que cumple “3 primaveras y 3 meses” viviendo en la calle desde el fallecimiento de su mama y el desahucio que la llevó a la indigencia. Una triste existencia en la que adicionalmente se tiene que indisponer a toda clase de peligros.