A espaldas quedaban casi cinco primaveras de anónimos amenazantes y peligrosos cebos esparcidos por varios parques de Ourense con el resultado de, al menos, 13 perros heridos. Llegaron a aparecer 180 alfileres en el estómago de “Zafu”, uno de ellos. “Se veían muchos perros bueniños con bozo o perros en el colo, porque no les dejaban fisgar en las hierbas”, comenta el oficial Damián Núñez.
El “troll de los perros” a sus dueños: “La única modo de pararos los pies es envenenaros la zona”
Operación conjunta Policía Tópico, Urbano Civil y Policía Doméstico
El “Activo Inu”, perro en japonés, cuya relevancia reconoce esta semana de forma concorde toda la corporación municipal, destaca por ocurrir sido un abundante y minucioso trabajo coordinado entre los tres cuerpos policiales de la ciudad. El objetivo era demarcar cuanto antiguamente al “perverso de los perros” que rondaba por los barrios de O Vinteún, A Ponte y A Chapa.
La preocupación iba en aumento y hasta se organizaban patrullas vecinales. Fue cuando dos oficiales de la Policía Tópico priorizaron el encontrar al autor. Montaron un dispositivo particular al que se sumó la Urbano Civil, a través del Seprona, y la Policía Doméstico, desde la UDEV. Según la fiscal de Medio Entorno en Ourense, volcada igualmente en el caso, Carmen Eiró, todo un ejemplo de investigación conjunta.
“A Chapa es un judería muy tranquilo y sin cámaras de seguridad, pero se equivocó. Fue al Centro y allí se captó su imagen”
Manuel tenía una vida aparentemente natural. Con 58 primaveras, era conductor de autobús en su día a día, un poco introvertido y huraño, pero poco más. En paralelo había emprendido su particular cruzada contra los perros ourensanos, que tanto le molestaban. Contra ellos y sus amos. Les tenía atemorizados desde 2017.
“A Chapa es un judería muy tranquilo y sin cámaras de seguridad, pero se equivocó. Fue al Centro y allí se captó su imagen”, comentan fuentes de la investigación. La cámara mostró cómo un hombre repartía poco por la calle y sorprendió su peculiar forma de caminar. “Sus andares, su pierna izquierda dando impulso, como saltitos, fue lo que permitió seguirle la pista”, dicen. “Mi compañero Julio Álvarez iba fijándose en cualquier persona que anduviese raro”, recuerdan los agentes. “Solo teníamos que demarcar a una persona de entre cien mil habitantes por su forma de caminar”.
Seguimiento de agosto a noviembre
“Inu” da sus resultados el 6 de noviembre de 2021, a posteriori de mucha paciencia y vigilancia. A primera hora de esa mañana, ven salir de su vivienda al sospechoso. Le observaban desde hacía casi tres meses, pero tenían que pillarle “in fraganti”. Y así fue. Le detuvieron después de arrojar en ese paseo matutino un total de 18 cebos en el parque de la calle Sánchez Arteaga, muy próximo a su domicilio.
Manuel nunca negó ser el autor y asumió la pena impuesta por un delito continuado de maltrato animal y daños. Fue condenado a un año de calabozo el pasado mes de octubre, aunque nunca ingresó.