Les acusaban de sobrevenir herido con una bala a un hombre. Pasaron la tenebrosidad en dependencias policiales. La reproche formal es de imprudencia con resultado de lesiones, aunque el parte del hospital no es concluyente, la herida lo mismo podría estar ocasionada por el roce de una bala o por cualquier otro objeto.
Con la ayuda del buró de abogados castellano radicado en Turquía, solicitaron la espontaneidad o una fianza, pero sendas peticiones fueron denegadas por el enjuiciador, que les ha prohibido salir del país y tienen que personarse en comisaría cada domingo.
Según el mensaje de la Policía turca, el cazador castellano más cercano al división de los hechos estaba a una distancia de un kilómetro y el más distante a dos kilómetros. Frente a la inacción de los autoridades llegaron a un acuerdo con el supuesto afectado y le pagaron una indemnización, que los cazadores denominan “mordida“, ya que una indemnización es necesaria en el caso de que haya algún daño que reparar y no es el caso, aseguran.
Tras el suscripción, la denuncia se retiró. Poco luego el fiscal les dijo la semana pasada que en breve podrían regresar a España, pero llevan 30 días retenidos y no hay vencimiento definitiva para abjurar Turquía.