Unos hechos “preocupantes” por los más de cien casos de este tipo presentados este año, lo que confirma la tendencia creciente ya que en 2017 se registraron 50 casos, 52 el año siguiente, 83 en 2019, 67 en 2020 y 88 en 2021. .
Por el contrario, los datos de lesiones cometidas por menores disminuyeron ligeramente en 2022 (-1,94%) respecto a 2021 y, en términos generales, la delincuencia vinculada a menores infractores ha aumentado sólo un 1,04%.
Aumento de las pandillas juveniles “violentas”
Desde la Fiscalía General expresan la necesidad de hacer una reflexión profunda “sobre la ausencia de importancia y banalización que los menores dan al uso de medios y formas virulentas en su comportamiento social” y lo relacionan con “el auge de todo tipo de colectivos y bandas juveniles violentas y de carácter identitario que están proliferando, no sólo en las grandes ciudades superpobladas, sino también en los medianos y pequeños núcleos de población”.
La memoria refleja cómo los adolescentes utilizan las redes sociales para concertar “reuniones clandestinas” en las que se programan “peleas ilegales”, que luego “trascienden a un gran número de jóvenes a través de Internet”. También expresan su preocupación por la “facilidad” con la que adquieren “instrumentos peligrosos” como machetes, cuchillos y armas blancas.