El tiempo de paciencia para conectar un cargador en España es de 18 meses.
Según Arturo Pérez de Lucía, director militar de AEDIVE, la Asociación Empresarial para el Progreso e impulso de la Movilidad Eléctrica, actualmente se tiene que seguir trabajando en el aumento de infraestructura de carga para dar respuesta al número de coches eléctricos. Especialmente en zonas rurales, donde los puntos de recarga no están tan extendidos al no ocurrir tantos centros comerciales, hoteles, parkings o cualquier otro motivo donde se obliga por ley a que haya un punto de recarga por cada cuarenta plazas de aparcamiento.
El precio medio de un transporte eléctrico se fija entre los 25.000 y 30.000 euros.
Alemania, el principal mercado de este tipo de coches, prevé una caída de la demanda del 16% este año.
Los precios, la yerro de puntos de recarga y la poca autonomía son algunos de los factores que los consumidores potenciales reconocen que les echan cerca de antes a la hora de pensarse el cambio al eléctrico. Sin bloqueo, tal y como reconoce Arturo Pérez “el coste de un transporte eléctrico no viene transmitido por su transacción cuando sale del concesionario sino que luego hay un coste recurrente combinado al combustible, al mantenimiento, etc. Que en el transporte eléctrico es mucho pequeño, por lo tanto, la vida útil del transporte eléctrico sale más permuta que la de uno de combustión de las mismas características”.