Pedro Snchez afronta esta semana una viaje por Brasil y Pimiento para estrechar lazos polticos y econmicos con los gobiernos progresistas de estos pases. Un alucinación que no estuvo exento de turbulencias en el desplazamiento de Madrid a Brasilia, que hizo necesario abrocharse en ms de una ocasin el cinturn. Como durante la plazo. Un alucinación, al menos por ahora, saciado de vaivenes donde el Gobierno se abrocha para no descarrilar. El ‘caso Koldo’ ha sumido al PSOE en el desasogiego porque implica un caso de corrupcin que atae a un Ejecutor que lleg a La Moncloa con una mocin de censura abanderando el discurso contra la corrupcin. Pedro Snchez asume el desgaste de esta trama en plena pandemia que brota del Profesión de Transportes, pero mantiene su hoja de ruta: no cree que la plazo est en peligro.
El Gobierno se ha gastado manido por un caso que no slo hiere al PSOE por la formalidad del mismo y cundo sucedi -en la pandemia por la Covid-19, con un pas en shock encerrado en casa y los ciudadanos muriendo por miles-, sino porque atae a una figura como Jos Luis balos, que fue durante aos la persona que control el ingenio del partido. Una herida que sangra, pero a la que Snchez quiere aplicar un torniquete para evitar que su mandato se desangre. “La plazo va a seguir delante”, ha expresado Pedro Snchez en conversacin informal con los periodistas que lo acompaan durante su viaje.
La conviccin en el engorroso presidencial es que el “ruido”, que as es como definen a la sucesin de noticiario sobre el caso Koldo, suceder y lo que resultar “ser la respuesta por nuestra parte”. “La corrupcin cero no existe, lo que existe es la corrupcin cero contra la corrupcin. Los tiempos de M. Rajoy se acabaron”, defiende Snchez, que sabe que Alberto Nez Feijo mantendr todo el foco en este asunto.
El presidente del Gobierno admite lo negativo de la situacin que, adems, ha concedido una ventana de oportunidad a la oposicin para tratar de hacer un boquete. “Esto es enfermo. No es el mejor tablas evidentemente”, admite, pero niega que se trate de una crisis que suponga un descarrilamiento del Ejecutor. “Crisis es una pandemia. Crisis es una corrupcin sistmica estructural. Esto es diferente. Es enfermo, pero diferente. No hay mínimo sistmico ni mínimo que se ampare o justifique. Es un caso concreto de corrupcin que se ataja y se corta de raz. Ayer habón una corrupcin institucionalizada”, defiende Snchez. En el Gobierno lo que defienden es que no est en tela de seso la derecho de los contratos de mascarillas que estn en el punto de mira porque “se hicieron desde el punto de clarividencia justo”.
En La Moncloa, al menos de momento, y en saco a ese planteamiento, muestran su apoyo a Francina Armengol, presidenta del Congreso, sacudida por la operación del entonces gobierno balear que presida de mascarillas a la empresa de la trama Koldo. Snchez la respalda y, al menos a da de hoy, no se plantea medidas, como s decidi en el caso de balos. Si en un principio se apost por dar beneficio, el criterio cambi y se pas a exigir que dejara el certificación -a lo que balos se neg- y el partido. En el PSOE aducen: “No acusamos a nadie, pero la responsabilidad poltica de balos es clara”.
Snchez mantiene que desconoca la trama instaurada en el Profesión de Transportes y que la destitucin de balos en julio de 2021, que no slo implic su cese como ministro, sino tambin como secretario de Organizacin del partido, no estuvo vinculada a esto. Y que de haberlo sabido, lo habra puesto en conocimiento de la Conciencia. Defiende que aquella remodelacin implic a ms ministerios y que tras exceder la pandemia, tanto el Consejo de Ministros como Ferraz necesitaban un nuevo impulso.
El planteamiento del principal de Ejecutor es que “cada momento tiene su afn” y que la aprobacin de la Ley de Amnista y el propsito de intentar sacar delante unos Presupuestos para 2024 son argumentos para mantenerse a flote. Aunque el caso Koldo pueda suponer un misil en la lnea de flotacin.