“El mundo está lleno de Sanchos y Quijotes”



La inflación no solo modificó nuestra cesta de la operación y nuestro tiempo emancipado, todavía nuestra posición frente a la vida: la porción de la población se siente frustrada por no conseguir sus metas, cada vez más idealizadas por las redes sociales y limitadas por la subida de precios. 

Esta es una de las conclusiones de “Consumo en tiempos de inflación”, el documentación del observatorio social y cultural de la agencia BAP&Conde (ObserBAPtorio), que ayer fue presentado en A Coruña por su fundador y director creativo, Miguel Conde-Lobato.

El nuevo estudio del ObserBAPtorio, que en su preparatorio entrega reveló que la mayoría de las personas en España son partidarias de regular y no de prohibir la Inteligencia Industrial, aborda en esta ocasión el comportamiento del consumidor en tiempos de inflación y lo hace a través de 845 encuestas a personas que se encargan de hacer la operación en sus hogares. 

Conformarse o soñar

Las entrevistas, realizadas a mayores de 18 abriles vía online en todo el demarcación doméstico y en plena ascensión de precios, revelan cambios notables en los perfiles de consumidores, todavía en el papel que juegan productos y marcas, e identifica dos perfiles muy distintos a la hora de afrontar la situación coetáneo: Sanchos y Quijotes.

Así, el 60% de las personas consultadas prefieren “disfrutar de su sinceridad sin aspirar a tanto”, mientras el otro 40% hacen todo lo contrario: “Son soñadores y quieren aspirar a más”, explicó Conde-Lobato, que presentó los datos acompañado de Cristina Varela, coordinadora del estudio. “Chuches sociales y desengaño de la cantidad” “El mundo sigue dividido entre Quijotes y Sanchos. Los primeros ven gigantes donde hay molinos y mueren por combatirlos; los segundos ven molinos y tan contentos”, indicó Conde-Lobato.

El estudio todavía revela que 1 de cada 2 personas reconocen que la pandemia y la subida de precios alteraron su forma de comprar.  El consumidor coetáneo mide al milímetro sus actos de operación y en la mayoría de los casos lo hace en función del precio. Por otra parte, el contexto inflacionario afecta más a jóvenes, hogares monoparentales y de clase media, “y en último  medida a los residentes en Galicia y otras comunidades del noroeste donde el coste de la vida es último”, explicó Cristina Varela. 

“Consumo en tiempos de inflación” todavía aborda las expectativas que tienen los consumidores sobre su capacidad de compra a corto y medio plazo. Y las cifras no invitan al optimismo: más de la porción (54,1%) cree que será igual en los próximos cinco abriles, el 26,3% opina que se reducirá, y sólo el 19,6% piensa que mejorará, lo que eleva al 80% el porcentaje de quienes creen que su situación continuará siendo igual.

Según el documentación, seis de cada 10 personas siguen comprando productos frescos y congelados igual que antaño de la pandemia. En el caso de las conservas, lo hacen siete de cada diez, el mismo porcentaje que con otros alimentos básicos como el pan o la crema.

Y en esta nueva sinceridad, las marcas blancas se encuentran en máximos históricos en cuanto a nivel de penetración en el mercado, el 32,2% declara que aumentó su consumo. 

Por otra parte, casi el 30% de las personas consultadas gasta más que antaño en datos móviles e internet. “¿Preferimos eludir en la operación para seguir viendo nuestras plataformas de streaming?”, se preguntó Varela.

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