“Es una maniobra repentina, Hicimos todo el cuidado posible para no lastimar al niño y logramos que respirara.”. Al mismo tiempo, la pareja de Daniel notificó emergencias sanitarias, las cuales tuvieron que asistir al pequeño: luego de estabilizarlo, lo trasladaron en ambulancia al Hospital Clínico. Allí, en la unidad de cuidados críticos pediátricos, lograron sacarle la porción de comida que se había atragantado. Después de estar en observación, el niño se encuentra bien.
Un momento de tensión que se resolvió con el mejor final gracias a la templanza de los policías locales. “En ese momento desconectas, te olvidas de todo, la gente que te rodea desaparece y te centras en el niño y en lo que tienes que hacer para salvarlo.“, dice Jorge con “gran satisfacción por haber logrado salvarlo”. Pero agrega que no es sólo su mérito. También contaron con la asistencia de un médico que estaba en la plaza y ayudó a reanimar al niño, pero lo que destaca sobre todo está la acción del padre que “tuvo una reacción muy rápida y reflejos para venir a la plaza a pedir ayuda porque “sabía que aquí siempre había policías”.
Maniobra de Heimlich
La maniobra de Heimlich es un procedimiento de primeros auxilios que consiste en realizar compresiones abdominales para desbloquear las vías respiratorias, normalmente bloqueadas por un trozo de comida o cualquier otro objeto. Es una técnica eficaz para salvar vidas en caso de asfixia por atragantamiento. Se practica de dos formas diferentes, dependiendo de la edad del paciente. Si la víctima es un bebé menor de 1 año, se le coloca boca abajo sobre el brazo y se le golpea con cuidado en la espalda, entre los omóplatos, repetidas veces hasta destapar la zona. Para realizar la maniobra en adultos o niños mayores de un año, se debe tomar a la víctima de pie, abrazarla por detrás con ambos brazos y, en esta posición, presionar con una mano cerrada y la otra cubriendo la primera. Debes apoyar tu puño sobre su ombligo y presionar hacia adentro y hacia arriba, hacia el centro del estómago.