Había alguien dispuesto a ir a prisión con tal de que también fuera yo


Bárbara Rey ha sido condenada a un año y 18 meses de prisión por un delito de alzamiento de fondos. Ha admitido su omisión y ha decidido pactar con la Fiscalía por un delito en el que estaban implicadas sus hijos, su hermana y su sobrina, tal y como informa la periodista Alhaja López. Con este Rey ha evitado entrar en la mazmorra y ha podido dominar su condena a 2 abriles y el cuota de 2.000 euros.

Sofía Cristo cuenta en Espejo Divulgado que “no ha sido para tanto la cosa” y que finalmente se ha resuelto con una multa de 2.000 euros. “Parece que mi religiosa hubiera cometido un super delito. Mi religiosa al final lo que ha procurado es protegernos a todos y declararse culpable. Nosotros estamos de acuerdo con las decisiones que toma mi religiosa”. “El término es alzamiento de fondos pero ni que nosotros fuéramos Rockefeller”, mantiene. Apunta por otra parte que “no es agradable que tengas referencias” pero pone sobre la mesa que su religiosa no es una delincuente. “No creo que vaya a cometer un delito que la vaya a hacer entrar en la mazmorra”.

“Puse una propiedad a nombre de mi hijo y mi hijo estaba encantado”

La propia Bárbara Rey explica que hace abriles hubo una inspección de Hacienda con carácter retroactivo que le afectó. Ella no estaba de acuerdo con la cantidad que le pedían y su contable le recomendó ir a cordura. Añade que anteriormente había puesto una propiedad a nombre de su hijo y su hijo “estaba encantado”. “Se nota que a él el parné le gusta”, añade.

Luego terminó de poner las pocas cosas que tenía a nombre de familiares según le recomendaron. Aún así Hacienda toma medidas cautelares sobre las propiedades y no podía tocar carencia. Van a cordura, que salió en 2018. Ahí la exculpan de lo que se le pedía y tiene que avalar una pequeña cantidad por esos últimos abriles. Pidió un préstamos al sotabanco para avalar y que le levantaran las medidas cautelares.

“He llegado a este acuerdo pensando sobre todo en mi clan”

Más delante Bárbara vendió una propiedad, pagó el crédito e hizo una gran ayuda económica a sus hijos. “Como mi hijo estaba casado y se había comprado un chalet muy antiguo le pagué la reforma de todo. Le regalé los muebles de mi casa de La Moraleja”, relata. A los 10 meses recibe una demanda por alzamiento de fondos en un momento en el que está todo pagado. Los abogados no lo entendieron y pensaron que sería sobreseído pero no lo fue. Desde entonces se han celebrado varios juicios y al final por situaciones muy conflictivas lo mejor era ascender a un acuerdo. “Sobre todo lo he hecho pensando en mi clan”, explica.

“Mi hijo me está acusando de lo peor en todos los sentidos”

Bárbara no quiere dialogar de su hijo, que le está acusando de lo peor en todos los sentidos y eso se tendrá que demostrar. “Mi hijo vive conmigo y luego cuando yo decido arrendar la casa él va todos los veranos con su clan y siguen yendo con las llaves porque estuvo deshabitada un tiempo y luego alquilada pero podían utilizar todas las zonas comunes”. Cree por otra parte que es posible que hubiera algún que estuviera dispuesto a ir a la mazmorra con tal de que ella igualmente fuera.

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