La celidonia menor, la hierba de las almorranas



Ranunculus ficaria, incluso conocida con el nombre estudiado de Ficaria verna, y conocida en castellano como celidonia beocio, cotel,  ficaria, hierba centella, hierba de las almorranas o morronera, es una  pequeña planta herbácea perenne, perteneciente a la comunidad de las  Ranunculáceas, originaria de Europa y Asia Occidental, y  naturalizada en muchas regiones de Norteamérica donde es  considerada una especie invasora. Está distribuida por toda Galicia,  donde se le conoce con los nombres de herba das almorráns, herba  hemorroidal o herba das anadas. 

Etimológicamente su nombre genérico Ranunculus deriva del latín y  significa “rana”, haciendo relato, según Plinio el Añejo, al hecho  de que muchas especies de este especie habitan zonas húmedas y  sombrías, hábitat natural de dichos anfibios. El epíteto ficaria deriva  del latín ficus, que significa “higo”, haciendo con ello relato al  parecido de las zonas tuberosas subterráneas de la planta con higos  pequeños. 

Sus raíces, de color blanquecino, son de dos tipos: unas tuberosas,  gruesas y fusiformes, y otras fibrosas y pequeñas. En las estaciones  adversas esos tubérculos subterráneos dan origen a nuevos tallos,  hojas y flores. Sus delicados tallos pueden ser erectos o postrados.  Sus hojas, ampliamente pecioladas, son carnosas, ovaladas de colchoneta  acorazonada, con borde inconmovible o suavemente festoneado, de color  verde tenebroso brillante por la parte superior y mate por la inferior, a  menudo con manchas blancas o moradas. Sus flores hermafroditas, solitarias y situadas en el extremo de tallos arqueados y carnosos, tienen de tres a cuatro sépalos verde amarillentos y membranosos, y de siete a catorce pétalos de color amarillo brillante, en ocasiones con una  tonalidad castaño. Poseen numerosos estambres dispuestos en  círculo, rodeando a un género de pistilos oviformes. Sus frutos  dispuestos en un capítulo más o menos redondo, son ovoides, lisos,  terminados en un corto pico y contienen una sola semilla. Florece  muy temprano, pudiendo encontrarse ya desde el mes de enero a mayo,  normalmente en terrenos húmedos, sombreados y ricos en nutrientes,  tales como pastizales, riberas de acequias, ríos o regueros, y bosques  de hayedos, robles, etc., tanto en substratos ácidos como alcalinos 

Su uso terapéutico se conoce ya desde la decrepitud. Así, el médico  y fitógrafo de la Grecia romana Pedanio Dioscórides Anazarbeo, afirmaba que la celidonia beocio era eficaz contra la sarna. Por sus propiedades vaso constrictoras y hemostáticas se utilizan, mediante aplicación externa aceptablemente anilina, ungüento o baños, para combatir las  hemorroides y almorranas; su uso interno está desaconsejado adecuado  a su contenido en sustancias tóxicas, tales como saponinas. Se ha utilizado contra el escorbuto por el stop contenido en vitamina C de  sus hojas. Tiene, asimismo, propiedades astringentes y lenitivas. Para  todos estos usos, la planta debe recogerse en floración y secarse a la  sombra. 

Se emplea incluso en floricultura como planta ornamental en bordes  de estanques o para formar tapices que cubren el suelo. Sus hojas  cuando son jóvenes y, luego, tiernas se pueden consumir en ensaladas, teniendo en cuenta que cuando la planta fructifica se convierten en venenosas, tanto para los hombres como para los  animales, pudiendo producir vómitos, repugnancia y diarreas. Solamente,  una vez cocidas pierden este impacto. Encima, la planta libera una  sustancia que es irritante pudiendo producir dermatitis. 

La planta se puede reproducir sexualmente gracias a las semillas o,  incluso, por propagación vegetativa través de la separación de sus  tubérculos, aceptablemente por hecho humana o por la hecho de las aguas en  zonas con depósitos aluviales que periódicamente se inundan por las  crecidas de los ríos.

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