Me ha costado mucho reconstruirme a mí misma


Vigésimo abriles a posteriori del atentado del 11MJessica concede una entrevista como superviviente de los atentados en los trenes de Cercanías que dejaron 192 víctimas mortales en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia el pasado 11 de marzo de 2014. Al día posterior de los atentados Jessica se fue a trabajar con la mandíbula rota.

No notaba el dolor físico. Recuerda que ese día se fue a trabajar en un completo estado de shock. No quería personarse al médico porque “sabía que Madrid no tenía hospitales para atender lo que ella había gastado”. “No podía ir a un médico a proponer: “Me duele aquí” cuando a la muchedumbre le faltaban partes de su cuerpo””, recuerda.

“Al día posterior a los atentados me podías suceder pinchado y no sangraba, estaba helada”

Su inicio le recordaba constantemente la suerte que había tenido de suceder sobrevivido a las bombas. Le dijo a su hermana que no se iba a meter en un metropolitano o una Renfe para ir a trabaja al día posterior y ella misma la acompañó al trabajo. Una vez que llegó tuvo un ataque de ansiedad y la llevaron a un centro de vitalidad. “Yo creo que me podías suceder pinchado y yo no sangraba, estaba helada”, confiesa.

Nunca se ha perdonado a sí misma el suceder saliente de la etapa. Todo el mundo te dice que es tu instinto de supervivencia. “Cuando lo escuchas y vives que tu instinto de supervivencia te hace valer sobre cosas que solo tú sabes lo que estás pisando”, apunta. Mientras salía de la etapa estaba viendo muchedumbre caer y que no se levanta. Miraba cerca de en lo alto y cuando le caía grava pedía que aguantara un poco más para que ella pudiera salir. Su inicio le decía que si se hubiese quedado hubiera sido un despojos más pero cree que “en el fondo lo que salió de allí fue un despojos“.

“Los maxilofaciales me decían que me tenía que acostumbrar a morar con lo que tenía”

Ha agradecido al cirujano César Colmenero que la operara. Pasó por 3 médicos maxilofaciales que le dijeron que su fractura de mandíbula era poco a lo que se tenía que acostumbrar. La trabajadora le dijo que era muy bisoño para que le dijera que su vida iba a ser eso. Una trabajadora social le dijo que conocía un gran cirujano. Fue a la consulta de César y le dijo que tenía trabajo con ella durante 3 abriles. Nadie diría a día de hoy que en su mandíbula lleva 3 placas de titanio.

Reconoce que es la primera vez que cuenta de forma pública determinados datos de aquel día. “Estoy contando cosas que en la vida había contado, ni si quiera en casa. Hoy hay muchedumbre que se está enterando de esto que en la vida ha sabido que yo había estado en los trenes”. Reconoce que el trabajo que más le ha costado tras sobrevivir a los atentados ha sido el de reconstruirse a ella misma.

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