La ganadera trasladó su propuesta al consejo rector de la cooperativa como una posible alternativa al suspensión y manteniendo así los siete puestos de trabajo que desaparecerían. Ese es el compromiso que adquiere, al mismo tiempo que mantendrá la ubicación en la parroquia de Loureiro y, adicionalmente, está dispuesta a arrendar tierras para ponerlas en producción. Asimismo, según explican desde el consejo rector, la misma ganadera adquiere el compromiso de comprar la calostro de las posibles explotaciones que puedan surgir, aceptando como socios a los que quieran sumarse, siempre en función de la situación del mercado.
La cooperativa se encuentra en una situación económica delicada y, por si eso fuera poco, ya no dispone de productores de calostro en el municipio y mucho menos en la parroquia, pese a contar con muchas hectáreas de tierra abandonada. El extremo socio productor, que tenía cuatro vacas, acaba de jubilarse, aunque por el momento se mantienen en el interior de la cooperativa 50 asociados que no son productores y que serán los que voten este domingo el futuro de Santa Mariña de Loureiro.
Intento previo
Según declaran desde el consejo rector, hubo un intento previo de totalizar una explotación ganadera global entre los socios para poder sacar a flote la cooperativa, pero “nadie quiere totalizar la explotación y hacerse cargo de la cooperativa, y por ello hace tres meses, en asamblea, una parte importante de los socios manifestaron que hay que cerrar”, explican. Sin bloqueo, el consejo rector sigue aportando propuestas porque “tiene más sentido inquirir una decisión a través de socios inversores para no perder los puestos de trabajo”.
Por ese motivo, en contacto con la Asociación Galega de Cooperativas, recibieron varios grupos de cooperativistas, “y todos coincidieron en que las instalaciones no tienen ningún valía”.