La misa solemne, que este año cambió de ubicación debido a las obras de restauración de la Igrexa de Santo Domingo, fue oficiada por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, cantada por el Coral do Club Artístico; y en esta ocasión ha sido el turno del alcalde de Arnoia, Rodrígo Aparició, de hacer la ofrenda, siguiendo el orden rotatorio y alfabético de los ayuntamientos.
Aparicio señaló en su ofrecimiento que “el medio rural sufre más que cualquier problema demográfico y económico grave, pero con su amparo y amparo podemos conseguir que nuestra región vuelva a ser una tierra rica de viñedos, horticultura, fincas baldías, con empresas que trabajo y vida decana para nosotros los jóvenes, que supimos encontrar no el turismo, no el termalismo y en tantas otras potencialidades que tiene esta tierra, un futuro claro y cheo de éxitos”. También se acordó de los emigrantes, pidió responsabilidad a los dirigentes y “su apoyo para ayudarnos a entender cuál será el futuro de Ribeiro o que nos gustaría ver a los ribeiraos, que no esperemos a que se presente ante nosotros”. Que debemos ir o encontrarnos, de la misma manera, sabiendo que este futuro comienza cada día y que cada día es un gran esfuerzo para hacer una región más próspera, más fuerte y, sobre todo, más unida”.