Un hombre mayor con poca memoria


Cuando dos bandos se enfrentan con inquina, es difícil que no haya víctimas colaterales. Eso es lo que le acaba de ocurrir al fiscal singular Robert Hur tras explicar en el Congreso su intrepidez de no presentar cargos criminales contra Joe Biden.

El fiscal ha explicado que no hay pruebas suficientes para que un comité notificación al presidente por haberse quedado indebidamente con material secreto.

Eso en total le ha gustado a los republicanos. Entre otras razones, porque sí ha quedado claro que Biden no devolvió documentos clasificados a posteriori de sobrevenir sido vicepresidente con Obama. Se los quedó en el cochera de su casa de playa. Más aún, compartió algunos de esos documentos con un escritor.

Para el fiscal, el etapa permitido de Biden no se eleva a la categoría de delito porque el presidente colaboró en la devolución de los documentos seguidamente y porque no se ha probado que se los hubiera quedado inicialmente de guisa consciente.

Igualmente sería inútil demostrar delito alguno porque Biden no se acuerda de algunos de los detalles fundamentales. Pero adaptado por esta razón, el fiscal, sin confiscación, que Biden, de ser llevado delante un comité, sería pasado como “un escaso hombre maduro con poca memoria”. Y esto es lo que, a su vez, ha irritado a los demócratas.

La razón es obvia: la poca memoria de Joe Biden, una persona de más de ochenta primaveras, puede ser comprensiblemente entendida como una reducción de la capacidad mental que se prórroga en quien ocupa la presidencia de gobierno.

Lo que los demócratas alegan es que el fiscal debería sencillamente sobrevenir dicho que no ha incompatible razón alguna para presentar cargos criminales -sin añadir confusión sobre lo que, en la destreza, es el principal hándicap de Biden para ser reelegido.

¿Está capacitado para presentarse a la reelección en Estados Unidos?

Pero aquí igualmente los demócratas han desencajado escaldados. El fiscal ha insistido que Biden sí ha mostrado tener poca memoria. Y, más aún, ha recordado que, del mismo modo que cree que Biden no sería incompatible culpable porque no hay suficientes pruebas para acusarle, siquiera se puede sostener que Biden esté completamente huido de falta. El fiscal ha llegado a precisar: “No le he exonerado”.

Esta es una frase que probablemente los republicanos usen en anuncios políticos durante la campaña. Da igual que los demócratas insistan que es mucho peor el caso de Trump -que, por otra parte de no devolver material secreto instó a otras personas a que le ayudaran a esconderlo y luego mintieran sobre ello.

En la destreza uno y otro bandos encontrarán razones para denunciarse mutuamente y para denunciar igualmente a quienes no estén de su costado. Y eso es, evidentemente, lo que le acaba de ocurrir al fiscal singular.

Ha comprobado que es casi inútil transitar por un camino desigual al que marcan los dos candidatos.

Quienes lo intenten corren el profundo peligro de convertirse, como el fiscal Hur, en víctimas colaterales de un clima político que solo admite fidelidad partidista o castigo.

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