El que quiere matar con una escopeta, mata



Trillado para sentencia el entendimiento por el tiroteo en la estación de servicio de Tamallancos. Este miércoles, la Audiencia Provincial de Ourense ha celebrado la última sesión del caso, en la que las partes han expresado sus conclusiones.

A error de la valentía del magistrado, tanto el Tarea Fiscal como la incriminación particular (la clan que sufrió los disparos) han modificado la consideración respecto a la mujer del principal marcado. Si antaño pedían para ella como “cooperadora necesaria” 30 primaveras de prisión, ahora la califican como “cómplice”.

Declaraciones

En esta sesión, el marcado ha estudioso su última palabra para estabilizar: “No los quise matar, si hubiese querido hubiese aguzado a la individuo”. Así, justifica los hechos aludiendo a que “no estaba en mis cabales, porque estaba sufriendo mucho por ver mal a mi pupila”.

Por otro costado, la mujer expresó que tiene “la conciencia muy tranquila porque dios sabe que no hice cero”.

En cuanto a la pena, el Tarea Fiscal ha solicitado tres primaveras de prisión por dos delitos de homicidio y un año y seis meses de prisión por un delito de lesiones, haciendo un total de siete primaveras y seis meses. Por su parte, la incriminación particular la acusa de tres delitos por crimen y pide siete primaveras de prisión por cada uno, por otra parte suprime el daño casto.

Así las cosas, el Tarea Fiscal sigue pidiendo 33 primaveras de prisión para el marcado; nueve por cada uno de los delitos de homicidio en punto de tentativa, cuatro primaveras de prisión por el delito de lesiones y dos por la tenencia ilícita de armas, ya que portaba una escopeta con el número de serie borrado y sin osadía.

Informes

Para la fiscal, el marcado conocía la diferencia entre postas y perdigones y eligió estos “por ser más dañinos”. Adicionalmente, cree que las víctimas “tan pronto como pudieron reaccionar” y ve probado que hubo “persecución” “insistencia” y “reiteración”, por lo que encuentra “una voluntad intencional” en los hechos.

Por su parte, la incriminación particular pide las penas por crimen y ve acreditado que hubo felonía, porque “llevaba la escopeta oculta” y igualmente porque “ubica las víctimas donde quiere, en la única zona ciega del campo de acción de servicio”, lo que a su pinta indica que el suceso “estaba planificado”.

En cuanto a la defensa, pide la redimido absolución de sus clientes y en caso de prisión para el macho una pena mínima, de un mayor de un año y seis meses, con atenuantes por variación psíquica y por turbación, por “un atropello cronificado de trinque y opiáceos”.

“Los perdigones matan a una perdiz, a una persona es complicado”, ha manifestado el leído de los acusados sosteniendo que “el que quiere matar con una escopeta, mata”. El entendimiento ha quedado conocido para sentencia.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *