El segundo tramo de la ronda ártico (Quintela-enlace de A Casilla) tiene ya su esquema consentido provisionalmente, pero aún no ha aparecido del papel. Solo el tramo San Martiño-A Barrela se ha plasmado en la existencia. Entre la ciudad y este sector, sin utilidad ejercicio conveniente a su aislamiento, demora su puja el tramo entre los enlaces de A Casilla y Cambeo, mientras que el arreglo para redactar el tramo entre el enlace de Cambeo y San Martiño fue rescindido hace casi un año. El resto de tramos transcurren por la provincia de Lugo y todavía permanecen en el congelador, sin esquema.
Mientras tanto, la A-76 entre Ourense y Ponferrada sigue en un contorno oficial. Esto, casi dos décadas a posteriori de que el Boletín Oficial del Estado la anunciase sobre el papel en 2005. En una nuevo respuesta parlamentaria, el Gobierno eludió concretar el compra efectivo de las partidas presupuestadas para los únicos tres tramos que están recibiendo un impulso relativo, los comprendidos entre O Barco y la A-6 en el Bierzo. El primero de ellos, íntegramente en esta comarca vecina, se debería acaecer licitado en 2023, a la luz de las promesas realizadas por el Empleo de Transportes ayer de las elecciones municipales.
La Xunta asimismo tiene deberes ourensanos en materia de movilidad automovilística. Por ejemplo, las remodelaciones de la OU-540 y la OU-533, que este año reciben 1,5 millones de euros en los presupuestos autonómicos. La prolongación de la AG-31 hasta la hito con Portugal sigue en tierra de nadie en medio del debate sobre las competencias sobre su ejecución, ya que el tramo fronterizo corresponde al Ejecutor central. Por zaguero, queda la clavo sobre la compleción de la ronda este de la ciudad entre Benposta y la rotonda del acercamiento sur a la A-52 puja estaba prevista para el año pasado. Sin retención, este plazo ya se ha consumido.