“¿Cuatro abriles ya? Hermana mía, pasa el tiempo rapidísimo, no me acordaba”. Es la reacción de un chavea cuando se da cuenta del tiempo transcurrido desde el primer día de confinamiento. No es el único que no recuerda la momento exacta, pero esa época fue inolvidable por todo lo vivido.
Las reacciones a la aviso del confinamiento fueron muy parecidas: “Un shock”, “mucho susto evidentemente”, “sobre todo miedo”. Algunos creían estar viviendo “ciencia ficción” porque “parecía una película catastrofista”.
La orden era quedarse en casa y muchos jóvenes se encontraban en el extranjero estudiando. A eso hay que añadir el incremento de contagios y mezclado, surgen historias como la de este padre: “Tenía 48 horas para ver cómo traía a mi hijo desde Irlanda”. Todo ocurrió en un momento complicado en la comunidad: “Mi mujer estaba al borde un ataque agitación intentando mandar cómo lo traíamos a él. No se sabía falta, mi padre estaba enfermo en el hospital y yo estaba en la cama con 40 de fiebre congruo corcovado”.
La cara y la cruz del confinamiento
El confinamiento dio para muchas historias. Algunas de ellas positivas. “Tuve momentos que pude compartir con mi comunidad y tener conversaciones más íntimas”, recuerda un chavea. Un señor admite: “Aprendí a cocinar”. Otro chavea reconoce: “El confinamiento me atrasó un examen y puede estudiar más y lo aprobé”.
Sin requisa, a miles de hogares llegó la tragedia de la asesinato de seres queridos: “Muchas historias no salieron proporcionadamente, es un rememoración complicado”. “A mí el covid…. me trastocó todo. Fue una tragedia”, admite con la voz entrecortada una persona que perdió a su matriz en la tercera ola, en enero de 2021. “Mi vida ya no ha vuelto a ser lo mismo”.
¿Hemos aparecido más unidos?
Durante los peores días, llegó una ola de solidaridad. Cientos de personas fabricaron material para los sanitarios delante la escasez de los primeros días, todos los días a las 20.00 los balcones de todo el país se llenaban de aplausos dedicados a los médicos…Se impregnó la idea de que la sociedad iba a salir más esforzado y unida.
Al preguntar en la calle sobre esta idea, las respuestas van en la misma dirección. “Fue una quimera, una ilusión pensar que saldríamos más unidos”, “pensábamos que iban a cambiar muchas más cosas de las que han cambiado”, “pronto olvidamos las cosas malas”, “no hemos sacado falta positivo”, “en cierta parte todavía nos polarizó”. Por lo que nos cuentan no parece que se haya cumplido.