Ansiedad y “leves terremotos” en Rante por la obra del AVE



En Rante, las copas tintinean por las noches. Vecinos de esta parroquia del concello de San Cibrao das Viñas advierten de que sufren molestias oportuno a las obras del túnel de la cambio foráneo, una infraestructura que transcurre debajo de sus viviendas. “Pican durante toda la tenebrosidad”, lamenta uno de los residentes del oportunidad, Pablo Valugo.

Los trabajos para horadar el túnel, denuncia este vecino, generan una serie de vibraciones que están impactando en la vida de Rante. “Están barrenando debajo de nuestras casas. Todos los días sufrimos dos o tres terremotos”, explica. La situación está afectando al sueño de los vecinos, incluso llegando a desencadenar “ataques de ansiedad”, según alerta Valugo. Los daños materiales todavía son visibles con grietas que aparecen espontáneamente en las viviendas.

Las molestias causadas han llevado a un género de residentes a suscribir una carta que han remitido, según Valugo, al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, al Tarea de Transportes y al Concello. En la misiva denuncian estar “expuestos a tales cuotas de ruidos y vibraciones que llevan a nuestras familias a sufrir niveles de estrés incompatibles con el refrigerio y con la sanidad”. Por ello, solicitan que “cesen los trabajos nocturnos con el objeto de permitir el refrigerio de los vecinos” y que “se revisen a la desaparecido magnitudes y potencias de voladuras”. En este sentido, añaden que “no desearíamos vernos en la indigencia de iniciar acciones legales” para exigir daños y perjuicios.

En todo caso, “en definitivo” están “en contra de la presentación de la inscripción velocidad” ni de las obras y sus “inconvenientes”, pero “consideramos que en pleno siglo XXI poseemos la tecnología necesaria como para que el progreso no convierta el día a día de nuestras familias en invivible”.

La alcaldesa de San Cibrao, Marta Nóvoa, corrobora las quejas de los residentes y se mostró “al costado de los vecinos”. La regidora popular comenta que ya han transmitido traslado de ellas a las administraciones competentes, aunque recuerda que lo único que puede hacer el Concello es “seguimiento y presión”.

Nóvoa afirma que el ruido es una molestia que todavía se extiende a otros puntos del concello: “Hay muchedumbre a la que se le despertaron los niños de tenebrosidad”, dice, posteriormente de unas voladuras que se dan en ciclos de 12 horas, aunque en momentos diferentes dependiendo del día. Según relató, se puso en contacto con las empresas que ejecutan la obra. Esgrimen que los títulos de ruido y vibraciones son normales: “Ellos dicen que cumplen todo, pero lo cierto es que hay una queja de los vecinos”, asevera la alcaldesa. En Rante, el ruido de la maquinaria se mantiene de fondo por la tenebrosidad. “Tienen que hacer poco, porque esto va para dadivoso”, apostilló tras sugerir medidas como el cese de las voladuras entre la medianoche y las seis de la mañana.

Este diario trató de alcanzar una valoración de Adif sobre las quejas de los vecinos de Rante, sin éxito.

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