Los pucelanos mantienen su idea clara. Un equipo físico, esforzado y formal, con esa dosis de calidad que ponen jugadores como Torres o Schmidt. Precisamente el estadounidense está entre algodones. No jugó en Menorca por una precaución que puede dejarle fuera por segundo partido consecutivo. Perdería puntos y galones el Valladolid.
Un plantel con hechuras por las cuatro esquinas. La depósito interior con Nwogbo, el recuperado Kabasele y N’Guessan mide mucho de en lo alto a debajo y de hombro a hombro. Serán, por cantidad y potencial, una buena prueba para Radic y Gill en una batalla que promete emociones fuertes.
Dirección y tiro
La dirección corre a cargo del citado Torres, que pelea por encontrar el punto de forma que tenía ayer de la fractura que le hizo detener, y por un Zigmantavicius que llegó como memorial y se ha hato la permanencia. Puidet y su trabajo abandonado, De la Fuente y su experiencia y picos anotadores, un Kovacevic llamado a tirar con puntería y Jaime Fernández, más madera para esparcirse por adentro.
Al frente de todo, un Paco García que no necesita presentación. Y, precisamente por eso, les va a forzar las teclas a los suyos tras la derrota en Menorca, por el fondo y la forma. Ojeada de cartilla asegurada aunque, con los números en la mano, nos les vaya la vida en este partido.
Un rival esforzado en todas las acepciones de la definición, que llegará “picado” posteriormente de que, en el partido de ida, los cobistas además les “calentaran” el dorso en el Pazo. Será una buena tarde para calibrar el subidón cobista tras amarrar la permanencia y con esa dosis de apetencia en pesquisa y captura de la plaza del play off.