Pero en caso de que tengan dudas sobre su aplicación podrán consultar al Tribunal Constitucional (TC) y al Tribunal de Imparcialidad de la UE (TJUE), frenando con ello la aplicación inmediata del perdón a los casos que tengan entre manos.
En el plano doméstico, podrán proponer cuestiones de inconstitucionalidad en el TC si creen que la gracia no tiene cabida en la Carta Magna. Este movimiento provocará que el caso concreto quede paralizado hasta que dicho tribunal resuelva.
Además podrán formular una cuestión prejudicial en presencia de el Tribunal de Imparcialidad de la Unión Europea si advierten un choque con las normas comunitarias, lo que tendrá el mismo propósito, esto es, dejar en barbecho el caso donde se plantee hasta que Luxemburgo se pronuncie sobre el texto.