“Outer wilds”, una obra de arte del mundo expresada como videojuego


En mayo de 2019 Mobius Digital y Annapurna Interactive lanzaron “Outer wilds” un bisagra que deje de un delirio y que nos demuestra una vez más, que los videojuegos no son solo meras obras de entretenimiento, que igualmente tienen la posibilidad de transmitirnos intensas emociones como las mejores películas, pero desde una primera persona que llega a intensificar el mensaje.

Nos despertamos en un campamento de un pequeño planeta, rodeado por los nuestros, los lumbreanos, una raza rústica que vive en cabañas de madera, pero que ha acabado crear naves espaciales y penetrar en la exploración de su galaxia. Tú, como componente, serás uno más de los exploradores que han partido a explorar las estrellas del firmamento.

Cuando comenzamos la exploración, veremos una gran cantidad de planetas y lugares que revistar y mientras estemos en medio de nuestro delirio, nos sorprenderá el obligatorio final. Si fallamos, en muchos juegos será por nuestra diplomacia, y tendremos que mejorar o averiguar una nueva táctica, pero “Outer wilds” es diferente, pues al extremo de 22 minutos, la suerte de nuestra galaxia explotará, y nosotros nos despertaremos de nuevo en nuestro campamento, recordando todo lo sucedido, lo que incentivará nuestra curiosidad para retornar a partir y descubrir que ha ocurrido y cuál es la razón de que suceda.

“Outer wilds”
“Outer wilds”

Para conquistar desventrar los misterios de la galaxia en la que nos encontramos dispondremos de diferentes herramientas, como un traductor de germanía nomai, la raza que habitaba nuestro mundo antaño de nuestra venida, un señaloscopio con el que podremos ubicar frecuencias de radiodifusión de los compañeros de Outer wilds ventures que partieron antaño o un explorador que podremos propalar para fotografiar lo que se encuentra más delante.

Poco a poco, descubriremos la historia de los nomai, un pueblo que dedicó generaciones enteras a encontrar lo que denominaron como el Ojo del Universo. Su afán por encontrar esta ubicación les llevó a provocar una supernova en la suerte de nuestro mundo, generando así suficiente energía para poder respaldar un artilugio que les transportaría a este circunstancia, no sin antaño activar unos artefactos que revertirían el tiempo 22 minutos.

El bisagra como tal cuenta la historia de un viajero que logra arrojar luz a un ocultación, pero para los jugadores, el mensaje es mucho más profundo. La vida fuera del bisagra es igual, cada día es un ciclo, y si aceptablemente hoy no hemos podido charlar con nuestros seres queridos, tenemos la certeza de que mañana podremos hacerlo. Puede que en este ciclo no hayamos visitado a un compañero en su planeta porque no nos dio tiempo, pero al sucesivo podremos ir… ¿Y qué pasaría si un día nos despertamos un ciclo y nuestro compañero ya no está? Nuestro paso por la Tierra es efímero y habrá un día en el que nuestra suerte se apagará.

A este mensaje tan aceptablemente contado y con tanta belleza se le debe añadir una manada sonora mágica que le da ambientación a cada momento, representando a cada personaje con un herramienta y haciendo que su música sea el faro que nos pauta en un mundo desconocido. Una canción que culmina en el final, cuando logramos reunirnos todos contiguo a una hoguera y podemos disfrutar del tema al completo en compañía de nuestros amigos, sabiendo que el final del delirio se acerca y que tras favor compartido una aventura con ellos, seguirán su camino, mientras que nosotros como jugadores nos tendremos que citarse, sin poder disfrutar de su presencia un ciclo más.

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