El colegio “El Duende”, construido recientemente por el Ministerio de Educación, y cuyas obras finalizaron el año pasado con un coste aproximado de 3 millones de euros, “abre sin cocina y, por tanto, sin servicio de comedor”.
A dos días del inicio del curso escolar, las familias del CEIP ‘El Duende’ de la localidad toledana de Nambroca se encuentran con un impedimento que facilita su conciliación: el centro escolar, construido recientemente por el Ministerio de Educación, y cuyas obras Terminaron el año pasado con un coste aproximado de 3 millones de euros, “se abre sin cocina y, por tanto, sin servicio de comedor”. Según la dirección del centro “No se puede ofrecer servicio de comedor (ni siquiera de mañana) porque la cocina no está equipada.” cuenta los afectados, que explican en un comunicado que “ante la inminente apertura del curso y la necesidad de ofrecer una solución a las familias del centro que necesitan este servicio para conciliar, la directora pidió a Educación que se equipe la cocina para ofrecer el catering servicio en el colegio.A los dos días de iniciado el curso, las familias son notificadas de la situación, quedando sin opciones para buscar opciones que faciliten la conciliación.
Añaden que, según la dirección del centro, la única solución que ofrece la Delegación Provincial de Educación es “el traslado de los alumnos al centro educativo más cercano en autobús para cubrir el servicio de comedor hasta que se instale el equipamiento de cocina”. Este traslado en transporte escolar transportaría a los usuarios de este servicio a otro centro, “pero no les devolvería a su centro de origen”.
Por la misma razón, no tener una cocina equipadael centro no puede ofrecer un servicio completo de aula de mañana con desayuno para los usuarios, lo que lo convierte en un aula de recepción para los alumnos que estará supervisada por monitores de 7:30 a 9:00 horas. “Si los alumnos quieren desayunar, tienen para llevarla desde casa”, argumentan, y exigen que “la cocina se instale lo antes posible para habilitar servicio de comedor en el propio centro y no tener que desplazar a los alumnos. Dicen estar “perplejos” por no entender que “en pleno siglo XXI la conciliación de las familias no se facilita y que un centro de nueva construcción tiene un defecto de mano de obra en uno de sus espacios”.
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