Uno de los dos afectados por la explosión de gas, en coma inducido


Los dos vecinos que resultaron heridos anteayer en la arrebato de gas de la Finca de la Marquesa permanecen en estado formal, sobre todo Diego P. R., un fontanero de 38 abriles que en esos momentos visitaba a su mamá. Tras una primera exploración en el CHUO, en la que se observó la severidad de las heridas, uno y otro fueron trasladados en ambulancia a la Pelotón de Quemados del Hospital Universitario de A Coruña durante la misma oscuridad del suceso. Los dos afectados se vieron sorprendidos por la arrebato, tras ser alertados por un robusto olor a gas que salía de un depósito situado en una vivienda colindante. Se comercio de Manuel N. de 43 abriles, residente en la zona con sus dos hijos y el citado Diego P. R. Preocupa especialmente el estado de salubridad de Diego, al que la deflagración cogió de atiborrado. Fuentes cercanas al afectado indican que cuenta con quemaduras en la experiencia totalidad de su cuerpo y que se encuentra en coma inducido con pronóstico formal.

En el momento de la arrebato igualmente estaban presentes la mamá de Diego y la persona que cuida de ella, aunque ambas se salvaron al encontrarse interiormente de la vivienda descendiente. Por precaución fueron trasladas al Arduo Hospitalario de Ourense para descartar lesiones y adecuado al delicado estado de salubridad de la mamá, que sufre problemas de corazón. Ayer por la mañana fueron dadas de reincorporación.

Los hechos han dejado consternados a un pequeño vecindario, en el que todos se conocen. “Eran dos jóvenes muy trabajadores, esperemos que se recuperen lo mejor posible”, expresaban los vecinos, aún en estado de shock por la situación.

A la demora del referencia policial definitivo, la superioridad de bomberos ha confirmado que la arrebato pudo originarse a raíz de la pérdida de gas de un depósito enclavado en el exógeno de una vivienda colindante que se encontraba deshabitada. 

Primeras hipótesis

La hipótesis principal es que las roscas del mismo habrían quedado flojas, provocando que el gas se vaciara, luego de que los operarios trabajasen en él durante los últimos días. Alertados por el olor, los dos vecinos se acercaron a la zona, donde se había acumulado una bolsa de gas, y por algún ambiente forastero, como pudo ser una simple chispa o la manipulación de las válvulas de cerradura, se produjo la deflagración. Las víctimas tuvieron la mala suerte de encontrarse demasiado cerca y encontrarse afectados de atiborrado por la arrebato.

Adicionalmente de las quemaduras a las dos víctimas, la arrebato igualmente produjo daños importantes en los galpones situados a escasos metros del depósito. Asimismo calcinó el transporte propiedad de Diego y provocó daños en las fachadas de los números 8 y 16 de la calle Losada Diéguez. La rápida diligencia de los bomberos logró evitar un viejo número de daños materiales y humanos. Los efectivos desplazados al puesto se encontraron con tres puntos de fuego, provocados una gran onda expansiva, que lograron controlar de forma inmediata.

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