Preparan movilizaciones en los próximos tres meses mientras presionan a los partidos independentistas para que bloqueen el Congreso
Pese a la debacle electoral, el independentismo se siente fuerte. Los partidos soberanistas, ERC y Junts, saben que sus 14 diputados son la llave que necesita el socialista Pedro Sánchez para revalidar la investidura y por eso exigen peticiones casi imposibles, como una amnistía o una autodeterminación, para presionar al PSOE. Mientras los republicanos se muestran más abiertos al diálogo, la formación del expresidente catalán carlos puigdemont Mantiene un inmovilismo táctico pensando en mostrarse como quien hizo rendir al Gobierno de Sánchez ante el electorado secesionista.
Contagiadas de esta oportunidad política, las entidades independentistas se han propuesto recuperar las movilizaciones, conscientes de que la mejor baza para presionar siempre ha sido sacar a la gente a la calle. Así, las convocatorias previstas para este agosto, septiembre y octubre serán un termómetro del músculo soberanista, pese a que no se alcanzarán las cifras de 2017, en plena efervescencia de los ‘procs’. Eso sí, estos llamamientos son un arma de doble filo ya que organizaciones como la ANC no solo reclaman la independencia unilateral y atacan la “represión del Estado” sino que instan a ERC y Junts a bloquear una investidura en el Congreso y dar un portazo. a Sánchez.
El próximo jueves, coincidiendo con el sexto aniversario de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils, la plataforma ciudadana #17AExigimResponsabilidades convoca una concentración ante la Delegación del Gobierno en Barcelona para “denunciar que el Estado español es un Estado asesino”. Los organizadores sostienen que detrás del atentado “está el CNI” y lo justifican con el hecho de que el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, autor intelectual de los atentados, era un “hombre de confianza del Estado”. Unos días después, los CDR llamaron a boicotear las etapas de La Vuelta ciclista que transcurren por Cataluña, Andorra y Valencia.
Remarcan que son “etapas que invaden los Países Catalanes” e instan a organizarse para hacer pintadas en el suelo contra el Estado o a favor de la independencia, mientras acuden a la cita ciclista con ‘estrellado’ y señeres, además de pancartas de protesta. En septiembre, la ANC convoca su tradicional Diada de manifestación en la que presionarán a ERC y JxCat para forzar la repetición electoral. Cuatro columnas partirán de cuatro puntos de Barcelona y confluirán en la Plaza Primero de Octubre de Barcelona, que el resto de la población conoce como Plaza España.
El presidente de la ANC, Dolors FeliuCree que a esta marcha de protesta por la independencia acudirá mucha gente que no acudió a votar en las pasadas elecciones generales ya que considera que “los activistas son gente comprometida”. Además, agregó que la situación en el Congreso “marcará el mensaje político” de la Diada y que la movilización “en la calle” será clave para presionar a los partidos soberanistas.
De cara a la conmemoración del 1-O, la ANC también apela al “espíritu de Urquinaona”, aunque los graves disturbios en esta plaza se produjeron 2 años después del referéndum unilateral. A pesar de ello, se organiza un acto en un lugar que es un “referente de la independencia” para recordar que “la movilización ciudadana es una herramienta indispensable para conseguir nuestro objetivo” como es la secesión. Los enfrentamientos en la plaza Urquinaona de Barcelona no se produjeron el 1-O sino en octubre de 2019, después de que el Tribunal Supremo condenara por sedición a los líderes del proceso independentista.
Durante seis horas, miles de manifestantes se enfrentaron a la policía, arrojando objetos de todo tipo. Hubo 102 heridos, 9 de ellos de gravedad ya que tres perdieron un ojo y un policía sufrió una fractura en la base del cráneo con aplastamiento de dos vértebras. Hubo 12 policías más heridos y por primera vez los Mossos d’Esquadra utilizaron un depósito de agua para superar las barricadas de los manifestantes. Sin embargo, para el soberanismo tiene “grabadas a fuego” las “cargas policiales contra una juventud que no hizo más que defender el resultado del Referéndum del 1 de octubre y denunciar la represión política y judicial contra los líderes políticos y la sociedad civil”. Por ello, realizarán un acto en la plaza Urquinaona de Barcelona.
ERC en el objetivo
La última vez que el independentismo se movilizó en las calles fue el pasado mes de enero con motivo de la cumbre hispano-francesa que se celebró en Barcelona. Unas 7.000 personas, según la Guardia Urbana, protestaron frente al Museo Nacional d’Art de Catalunya, escenario del encuentro entre los gobiernos español y francés con sus presidentes, Pedro Sánchez y E.emmanuel macron, a la cabeza. Sin embargo, hubo más silbidos, gritos e insultos de los propios soberanistas a los miembros de ERC, con su líder oriol junqueras a la cabeza, que contra los representantes franceses y españoles.
Ese día, el independentismo solo mostró las carencias de un movimiento cada vez más dividido. Principalmente cuando un Junqueras abandonó el mitin contra la cumbre mucho antes del final y fue perseguido por medio centenar de manifestantes abucheando y gritando “botifler”. “traidor”, “lameculos” y “mayordomo”. Estos ataques contrastaron con los gritos a favor de Puigdemont.
Los organizadores, el Consell per la República, el mnium y la ANC, intervinieron en la protesta mucho antes del inicio de la cumbre. Llegaron unos 50 autobuses de toda Cataluña con los manifestantes y la mayoría no se quedó mucho tiempo. Por supuesto, un centenar de CDR continuaron las protestas con una marcha hacia el consulado de Francia en Barcelona y luego intentaron dirigirse hacia Urquinaona y la Comisaría de Via Laietana pero los Mossos d’Esquadra se lo impidieron y se registraron algunas cargas.