El cielo de los perros de Valdeorras, en Jerez



El bóveda celeste de los “peludos” abandonados que cuida Peludines Callejeros de Valdeorras está en Jerez. Cerca de la ciudad andaluza viajó Vico, un perro desidioso -de aproximadamente 13 años- y que padece artrosis, que desde hace 4 abriles recibía las atenciones de la protectora de O Barco. Se fue a Andalucía reclamado por María José Pérez y Juan Pedro Díaz, en pesquisa del cariño que tanto necesita.

Son los ángeles en la tierra. En mejor tribu no pudo caer”, comenta Pilar Pérez Bustillo, voluntaria de la protectora barquense. Explica que la pareja no pudo desplazarse hasta Valdeorras para recogerlo, por lo que Peludines lo acercó hasta Arrojado donde fue recogido por una ferrolana que se ocupa del traslado de mascotas y que lo acercó a su nuevo hogar.

Vico vivía en la calle cuando fue recogido por Peludines Callejeros de Valdeorras. Sus voluntarios lo encontraron en muy malas condiciones y se ocuparon de ofrecerle todos los cuidados que necesitaba hasta su marcha. No es el primer perro que se lleva esta tribu jerezana. Antaño se habían llevado a su casa otros dos “peludos” abandonados de O Barco. Pancho -que el verano pasado regresaba a la villa barquense para encontrarse con sus antiguos compañeros- y Piluco -a quien vinieron a cosechar en 2017- precedieron a Vico en el delirio a tierras andaluces. En su domicilio ya puede disfrutar del calor de un hogar pegado con una decena de perros, todos ellos con una característica global, la de ser “abuelos”. Desafortunadamente, no son muchas las personas que se animan a adoptar perros abandonados y muchos menos cuando estos son ancianos.

Pilar Pérez Bustillo explicó que en estos momentos, el colectivo solidario se ocupa del cuidado de 10 perros, todos ellos de más de ocho abriles, una momento destacamento a la que en algún caso se suma el tamaño, como sucede con Hera, y un micifuz.

La protectora de O Barco todavía sufre las consecuencias de la carestía de la vida. El encarecimiento de los alimentos todavía se dejó notar en la comida de las mascotas, descendiendo mucho las donaciones, pues “la finanzas no va admisiblemente”, como aclaró la voluntaria barquense. Aprovechó la ocasión para invitar a los corazones solidarios que depositan alimentos para las mascotas en los cajones habilitados en los supermercados a dejar alimentos naturales para poder cuidar a sus peludos con la dieta denominada BARF, una dieta natural a cojín de arroz, pasta o óleo vegetal, entre otros productos, pero siempre excluyendo perecederos.

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