El partido liderado por Díaz pasa de ver viables los plazos marcados por Puigdemont a reconocer que son “muy justos”
Y se empieza a asumir que hay un problema para cumplir con los plazos exigidos por Junts porque implicaría “estirar mucho la máquina” en la tramitación en el Congreso y el Senado. Aunque se haga con urgencia, como ya se hizo con la derogación de la sedición y la reducción de la malversación para aprobar los Presupuestos de 2023.
Así lo ha reconocido el negociador de Sumar con los independentistas, Jaume Asens, quien ha dicho que es cierto que sobre el papel se podrían cumplir los tiempos solicitados por Puigdemont, pero que lo cierto es que está “muy ajustado”. “No sé si se podrá hacer en esos términos”, comentó durante una entrevista en TVE.
Sumar no quiere que los plazos sean una complicación añadida. Fuentes de la coalición sugieren que quizás podría valer la pena un gesto como presentar el proyecto de ley e iniciar los trámites legislativos para completarlos un poco más tarde. Pero se supone que la cuestión del momento se debe a un problema de confianza. Puigdemont lo quiere primero para que Sánchez no retroceda ni reduzca su alcance.
En rueda de prensa, el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, también ha enfriado la posibilidad de ver la amnistía antes de la investidura. Ha profundizado en que la aprobación “es algo que habrá que ver”, por lo que deslizó que se negociará con Junts y ERC, y “ver si es posible”. Así, ha subrayado que Sumar tiene la “voluntad” de llevar a cabo la medida en cualquiera de los casos.
Mientras esto se debate, Sumar continúa trabajando en una propuesta concreta para llevar a cabo la amnistía. Una veintena de juristas, coordinados por Asens, están ultimando un dictamen que aún no tiene fecha pero que se hará público sobre cuál debería ser la propuesta y cuál sería su alcance. Sin detallar la forma jurídica en la que se materializaría, se ha afirmado que los “límites” para tal medida “tienen que ser crímenes contra la humanidad”.
Para Urtasun, “ha llegado el momento” de hacer esta amnistía, ya que considera que tiene “ajuste constitucional”. Y ha apuntado que la propuesta que surja de su equipo de expertos “debe ser aceptable para el PSOE” y la “mayoría plurinacional” del Congreso.
Con lo que Sumar marca distancias es con un referéndum de independencia. Considera las peticiones del independentismo catalán como una posición de máxima para negociar y recuerda que la propuesta de su partido es votar el resultado que surja de la mesa de negociación entre gobiernos, en la que se sientan el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña. Cataluña, donde tiene su asiento Yolanda Díaz.
La foto de Yolanda Díaz con Puigdemont en Bruselas fue solicitada por
. C./Madrid
El polémico viaje de Yolanda Díaz a Bruselas para reunirse con Carles Puigdemont pese a su condición de prófugo de la Justicia española se produjo porque fue él “quien lo pidió”. Así lo reveló Jaume Asens, negociador de Sumar con los independentistas de Junts y ERC y participante en aquella reunión.
“Él es quien lo pide y nos parece que no hay ningún problema en normalizar una relación que estaba teniendo”, comentó en una entrevista en TVE. Para Asens, la polémica foto de ambos supuso un “ejercicio de transparencia” y de “tratar a los ciudadanos como adultos”. “Queremos enfrentarnos cara a cara”, dijo.
Asens ha defendido que en el momento de una reunión de este tipo “lo normal es que sean los líderes de los partidos quienes hablen entre ellos”. Y que, en este caso, se trata de Díaz y Puigdemont. El pedido que había hecho el prófugo era “que hablara con él al más alto nivel” y que “un líder estatal lo visitara”.
Con el fin de conciliar a todos estos partidos y dada la personería jurídica de Puigdemont, se eligió el Parlamento Europeo para celebrarlo. “Pensamos que el conflicto debería salir de los tribunales y pasar a los parlamentos”, concluyó Asens.