Un hito histórico
“El concepto es sumar a lo que sería una tabla de paddle surf con el chasis de una bici. Es muy estable, y nos permitía impresionar al extremo, a preguntarnos si es posible que funcione en la Antártida“, explica Rubau. La expedición comenzó el martes 27 de febrero, cuando se dirigieron primero en dirección a la Tierra del Fuego en el extremo sur de América del Sur, para prepararse para la travesía por el Paso de Drake en dirección a la Antártida.
Bordearon la costa del continente blanco impulsados sólo por vela y tracción humana: “Hemos superado los límites que ni me imaginaba podríamos pasar”. Un hito histórico, al ser los primeros en impresionar al círculo polar austral de una forma 100 % sostenible. “La vida se puede tomar de dos filosofías: una, ir de forma egoísta y la otra, con respeto con nuestra matriz naturaleza“, cuenta orgulloso el intrigante.
“Quedamos con los fanales clavados uno al otro”
Ellos eligieron la vía más limpia y silenciosa, lo que les permitió observar la naturaleza en su estado más puro, encontrándose ballenas y focas leopardos por el camino, según él, muy territoriales: “Estaba encima de un témpano, y me acuerdo que quedamos con los fanales clavados uno al otro“.
Todo ello gracias a la bici acuática: “Como la bici no hace ruido, es respetuosa con los animales y con el medio condición”. A posteriori de coronar la expedición, sólo queda retornar a casa.
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