Una Diada en declive rebaja la euforia del independentismo



La exigencia de una amnistía para los procesados ​​por el procés fue ayer el mínimo común denominador del independentismo en la calle, en una Diada con menor participación ciudadana que en convocatorias anteriores.

Si el año pasado la Policía Urbana cifró en 150.000 el número de asistentes a la manifestación independentista de la Diada, en esta edición ha reducido esa cifra a 115.000 personas, muy por debajo de las cifras de 2019, antes de la pandemia del coronavirus. cuando los manifestantes alcanzaron los 600.000.

Los datos del ANC son muy diferentes: 800.000 manifestantes, cien mil más que la cifra que dio el año pasadoCifras que contrastan con la desmovilización independentista reflejada en las urnas en las últimas elecciones.

Las diferencias estratégicas entre independentistas quedaron de manifiesto en esta Diada, desde las llamadas de ERC, JxCat y Òmnium Cultural a negociar amnistía y autodeterminación hasta los recelos de la ANC y la CUP ante cualquier acuerdo con el Estado.

La apuesta por la amnistía es lo más parecido a un programa compartido, defendido también por el pueblo llano, aunque la negociación para la investidura del presidente del Gobierno genera una gran preocupación en la ANC.

Su presidenta, Dolors Feliu, aprovechó el acto político al finalizar la manifestaciónen la Plaza España -que la ANC quiere rebautizar como Plaza Primero de Octubre-, para advertir a JxCat y ERC de que sólo avalará en Madrid un acuerdo que suponga dar pasos hacia la proclamación efectiva de la independencia de Cataluña.

“Independencia o bloqueo de cualquier pacto que no sea el de independencia. Independencia o nada. Independencia o elecciones», exclamó Feliu, en una advertencia directa a ERC y JxCat. También afirmó que Cataluña ya no quiere ser “autónoma” ni buscar un encaje dentro de España, sino convertirse en un Estado independiente similar a las naciones europeas.

“No más intentos de compromiso”, afirmó, añadiendo que la manifestación de este lunes sirve para demostrar al Estado que el conflicto no terminará hasta que se declare la independencia.

Mientras se desarrollaba el acto de la ANC, en otro punto de la ciudad se desarrollaba la habitual manifestación de la CUP, que comenzó con críticas a ERC y JxCat por “ir a negociar migajas a Madrid” como hacía “la vieja Convergència”.

Después de que ERC se negara a asistir a la manifestación el año pasado, molesta por el tono crítico de la ANC con la estrategia de diálogo, esta vez los republicanos sí se sumaron a la convocatoria, aunque Oriol Junqueras ha estado ausente por culpa de la covid. El presidente catalán, Pere Aragonès, junto a otros miembros del Govern y de la dirección de ERC, escuchó gritos de “¡Dimite el Govern!”.

Consciente de que todas las miradas están puestas en los movimientos de JxCat, claves para una posible investidura de Pedro Sánchez, El secretario general de Junts, Jordi Turull, pidió “no caer en la ingenuidad a la hora de negociar cualquier cosa” con el Estado y señaló que su partido “no cederá en nada”.

La presidenta de JxCat, Laura Borràs, afirmó que los ciudadanos “no piden una investidura” y afirmó que sus votos servirán “para resolver el conflicto”, no para “apuntalar a los gobiernos españoles”.

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