Aprovechando el bullicio que había en el interior del específico, todavía aprovecharon para sumergirse en el almacén del establecimiento, robando las taquillas de los empleados a parte de otros objetos del almacén.
Según informan fuentes de la investigación, los sujetos portaban pinganillos y se cree que se dedican a ello, no siendo este el único específico en el que actuarán, aprovechando la carga profesional de los trabajadores durante estas fechas y el despiste de los clientes, olvidándose sus pertenencias descuidadas en sillas, barras o incluso en el suelo.
La totalidad del saco recaudado en este específico se desconoce, pero informan de que fue conveniente holgado.
La técnica del descuido
Para resistir a lengua dichos hurtos, los sujetos utilizan técnicas de descuido, como por ejemplo, agacharse para atarse los cordones cerca del objetivo que hayan fijado y desvalijándolo sin condonar sospechas. De esta forma logran hacerse con el saco sin que las víctimas se percaten hasta que no echen en desliz sus pertenencias.
Gracias a los pinganillos que utilizan los sujetos, logran coordinarse aprovechando los momentos de viejo bullicio en el específico para representar sin ser detectados.