Fracturas sin síntomas



La fractura vertebral osteoporótica (FVO) es la fractura por fragilidad más prevalente de todas las osteoporóticas y está infradiagnosticada porque dos tercios de las personas que la sufren son asintomáticas y sólo se diagnostica cuando se realiza un estudio radiológico u otro método de imagen.

Los expertos de la Sociedad Española de Columna Vertebral y la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física que impartieron en Sevilla a principios de marzo un curso dirigido a especialistas para afrontar la FVO, indicaron que en España se estima que el 22,6% de las mujeres y el 6,8% de los hombres de 50 abriles o más tienen osteoporosis, un estado de fragilidad ósea con maduro peligro para las mujeres que alcanzan la menopausia. Se manejo de un proceso silente, ya que hasta que no se produce algún tipo de fractura pasa desapercibido.

En este contexto, ambas sociedad resaltaron que en España y en otros países europeos los costes económicos directos de la atención médica a pacientes con FVO oscilan entre 4.000 y 12.000 euros durante el primer año, dependiendo de la existencia de los pacientes, las características de la fractura y sus repercusiones. De igual forma, incidieron en que estos costes se incrementan de forma “muy significativa” cuando los pacientes precisan ingreso hospitalario para el control del dolor, complicaciones y tratamientos quirúrgicos.

El presidente de la Sociedad Española de Columna, Álvarez Galovich, enunció que “la gran mayoría de las FVO se resuelven en dos o tres meses sin penuria de un tratamiento agresivo, incólume el reposo relativo y analgesia”. “La penuria o no de otro tipo de tratamiento, como el quirúrgico, depende de la discapacidad cómodo que dicha fractura produzca, ya que hay pacientes que el dolor que les produce no les permite hacer una vida corriente y necesitan un tratamiento más resolutivo”, relató.

En este sentido, Galovich señaló algunos tratamientos para compendiar el dolor como “la cementación vertebral, un procedimiento muy efectivo, que se realiza con narcosis locorregional, y que permite un alivio significativo de los síntomas de forma inmediata, en aquellos casos que esté indicado”. Así, destacó que la FVO “igualmente reduce la esperanza de vida al incrementar la mortalidad de los pacientes con morbilidades como la diabetes y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, y ocasiona un maduro incremento de los ingresos y de las estancias hospitalarias”.

En concreto, según apuntan ambas sociedades, para “compendiar el impacto de las FVO lo mejor es el tratamiento preventivo”. La prevención puede ser primaria evitando la aparición de la primera fractura en aquellos pacientes con osteoporosis de parada peligro mediante la dependencia de tratamiento con antirresortivos u osteoformadores, que son capaces de compendiar las FVO en un 40% o 50%. El problema es que muy pocos pacientes continúan con el tratamiento indicado y solo cerca de del 30% o 40% de ellos siguen realizando el tratamiento al año de su instauración. “Mucho más eficaz e importante es instaurar rápidamente un tratamiento farmacológico tras la primera FVO”, lo que se denomina prevención secundaria, porque la FVO es “el mejor predictor” de nuevas fracturas osteoporóticas. De hecho, el sufrir una FVO incrementa el peligro de sufrir otra fractura vertebral durante el año futuro si no se ha instaurado tratamiento.

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