Las víctimas de Montmeló cruzaron las vías por un tramo sin visibilidad


Una zapatilla negra nueva con ribete rojo. Unas gafas que perdieron la patilla. Un pequeño bolso de mujer bañado en sangre. Y bolsas con refrescos, botellas y vasos que seguramente tenían previsto hacer inventario en una última parada antes de entrar en el festival de música electrónica Duro, el primero en Cataluña dedicado al hard techno, y al que acudió un grupo de siete jóvenes madrileños y Barcelona Salían el domingo por la tarde. Esas últimas pertenencias de las víctimas que aún quedaban junto a las vías del tren fueron recogidas a mediodía por los mossos de la policía científica que acudieron de día para realizar una nueva inspección visual del tramo en el que fueron atropellados los jóvenes. Los siete amigos cruzaron por un punto no autorizado y sumamente peligroso porque se trata de una pequeña recta intercalada entre dos curvas cerradas y sin visibilidad que impide a quienes cruzan ver si se acerca un tren.

La zona atrajo ayer a numerosos curiosos. Junto a las vías viven los vecinos de las últimas viviendas de la urbanización Can Tabola de Montmeló. Pero precisamente ese tramo junto a sus casas tiene vallas altas que impiden el acceso directo.


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Las víctimas eran un grupo de siete personas, de edades comprendidas entre 18 y 22 años, entre ellos conocidos y familiares. Uno de los supervivientes ha perdido a su novia y a su hermana. Una verdadera tragedia.

Los siete jóvenes llegaron minutos antes de las ocho de la tarde a la estación de tren de Montmeló. Y es más que probable que utilizaran alguna aplicación de mapas en sus móviles para llegar al aparcamiento del Circuit de Barcelona-Catalunya, conocido como Espai Can Guitet, situado en la carretera de Mas Moreneta, reconvertido en recinto que acogió el festival.

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Accidente mortal que afecta a 4 jóvenes al cruzar la línea de tren R3 de Renfe cerca de Montmeló cuando asistían a un festival de música. Un joven cerca de la zona cercana al accidente

Mané Espinosa / Propia

El paseo desde la estación de tren era de unos treinta minutos y daba la opción de superar las vías del tren a través de un paso elevado al que se llega bordeando el cementerio de Montmeló. Dicho así parece sencillo. Pero a esa hora, aunque aún no había oscurecido, tampoco había mucha luz y no hay iluminación en la zona. Incluso ayer al mediodía llegar a ese paso elevado no era fácil si uno se dejaba guiar únicamente por las instrucciones de navegación.

Es posible que en ese momento los jóvenes comprendieron que al cruzar la calle acortaban su camino. Sin pensar, por desconocimiento, y porque la pronunciada curva lo impide, que podría llegar un convoy que en ese tramo puede superar los 100 kilómetros por hora, según fuentes conocedoras de la investigación.

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Tampoco debían saber que a unos metros, a menos de 200, a su derecha o a su izquierda, tenían otras dos opciones para superar las vías. El paso elevado al lado del cementerio y otro subterráneo, justo al otro lado.

Los niños no vieron llegar el tren y es posible que ni siquiera lo oyeran acercarse porque los vecinos aseguran que la música que salía de la fiesta era “insoportable”. El conductor frenó y tocó la bocina de alarma, pero fue imposible evitar la violenta colisión.

Tres de las víctimas fallecieron instantáneamente y una cuarta resistió aún algunas maniobras iniciales de reanimación por parte de los servicios médicos de urgencia, que nada pudieron hacer por su vida. El convoy se detuvo a unos 200 metros de distancia, sin poder evitar adelantarse a cuatro personas.

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Accidente mortal que afecta a 4 jóvenes al cruzar la línea de tren R3 de Renfe cerca de Montmeló cuando asistían a un festival de música. Imagen de la zona del accidente.

Mané Espinosa / Propia

La unidad de investigación de los Mossos d’Esquadra de Mollet se ha hecho cargo de una investigación en la que tanto Renfe como Adif colaborarán en todo lo que se les solicite. El conductor dio negativo en alcohol y drogas y requirió asistencia psicológica, la cual se mantendrá debido a la magnitud de la tragedia.

Pese a todo, ayer vecinos, curiosos y hasta los últimos rezagados de la fiesta cruzaron por el lugar del accidente, ajenos al riesgo. Los vecinos reconocieron que es una zona donde abundan los espárragos trigueros y es habitual cruzar a buscarlos.


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También informaron que se ha vuelto demasiado común acceder al Circuito desde ese punto. Los asistentes aparcan en las calles de la urbanización, cruzan las vías y en quince minutos llegan al acceso 6 del complejo. Una situación que estos vecinos, como Alberto Serrano, aseguraron haber trasladado tanto al Ayuntamiento de Montmeló como a Adif, responsable de las infraestructuras, el estado de las carreteras y su seguridad. El alcalde de Montmeló, Pere Rodríguez, aseguró ayer que el proyecto de las obras en curso en la línea R3 de Rodalies prevé poner vallas en el lugar.

El conductor, que dio negativo en alcohol y drogas, no pudo frenar a tiempo, la velocidad superó los 100 km/h

El accidente es el peor desde las fiestas patronales de 2010, cuando 12 personas murieron y otras 17 resultaron heridas al ser atropelladas por un convoy en la estación de la R2 de Castelldefels. En aquella ocasión fue una multitud la que se cruzó imprudentemente en las vías cuando se dirigían a la playa para ver los fuegos artificiales de las fiestas de Sant Joan.

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