Sólo la ciudad, con 15.200 alumnos, reúne a más de la mitad de todos los escolares de la provincia y casi el 46% de todos los matriculados en Educación Infantil. Sumando las localidades de O Barco, Verín, Carballiño y Xinzo de Limia las cifras se disparan.
En el lado opuesto, hay cinco ayuntamientos que mantienen abiertos sus colegios al límite. Se trata de Taboadela, Vilariño de Conso, Punxín y Beariz, todos ellos con 11 o menos alumnos, rozando el umbral de seis que impone el Departamento de Educación, Cultura, Universidades y FP para mantener en funcionamiento un centro educativo.
En el caso de Taboadela, han comenzado el curso con ocho matriculados en su escuela infantil, consolidándose un año más como el centro con menor número de alumnos de la provincia. Sobrevive de momento con un margen de tres alumnos para un hipotético cierre. En Vilariño de Conso, Punxín y Beariz iniciaron el curso con 10 alumnos, en Beariz con un solo niño en la etapa de Infantil. En O Bolo aguantan con 11 inscritos. Ya por delante, con más margen, están A Veiga, Muíños y Entrimo entre los diez primeros ayuntamientos con menos matrícula.
La inercia no es positiva. Como ejemplos, en el último curso prepandemia (2018/2019), en Punxín empezaron con 13 alumnos (ahora tienen 10), y en Beariz con 15 (5 más que ahora).
El relevo generacional es uno de los principales problemas. En siete municipios tienen menos de seis alumnos en Educación Infantil, lo que a largo plazo podría ser un problema para alcanzar el cupo de seis niños necesario para mantener abierto un centro. Por debajo de ese límite se sitúan Baños de Molgas (5), Vilardevós (5), Punxín (5), Arnoia (4), Vilar de Barrio (4), O Bolo (2) y Beariz (1). En cualquier caso, en Vilardevós, Baños de Molgas, Arnoia o Vilar de Barrio, con más de una veintena de alumnos en Primaria, todavía tienen músculo suficiente para aguantar.
La provincia perdió 9 aulas y 11 plazas docentes, advirtió ayer CCOO. Ya no es un problema rural y ahora llega a Allariz, Barbadás o Carballiño y a la ciudad. El colegio Irmáns Villar pierde dos profesores y el colegio de A Ponte pierde dos profesores y un aula. CCOO lamenta que sólo se reduzcan en lo público y no en lo concertado: “El descenso demográfico no puede ser una excusa puramente pública”. Advierten con movilizaciones si no hay negociaciones con los docentes.