La monograma se ha estabilizado en los últimos primaveras, con un raudo repunte en el final entrenamiento adecuado a la aprobación de la Ley de Protección Animal. “La muchedumbre se empezó a asustar un poco con no poder atar los perros o dejarlos solos. El tema financiero de hacer los seguros todavía ha influido”, señala como causa el responsable de la red provincial. Para admitir a parte la tarea de recogida, la red se encuentra con la dificultad añadida de que en el rural proliferan los perros sin el pertinente chip de identificación. “Solo un 20% de los perros que recogemos están correctamente identificados, lo que nos dificulta el trabajo. Es poco contra lo que se debería representar”, afirma Sindo.
O Carballiño y Xinzo de Limia fueron el año pasado los concellos con más abandonos, a excepción de la ciudad, en la que el final reseña conocido monograma los abandonos anuales en 400. En torno a de 200 fueron los canes recogidos en cada municipio y la monograma va camino de romper récords en pesimista en el presente entrenamiento, pues en el mes de enero ya se alcanzaron los 37 en la comarca de A Limia. El envejecimiento poblacional se señala como la principal explicación a este suceso. Gentío que fallece o que por motivos de vigor tiene que ingresar en una residencia y ya no puede hacerse cargo del animal. En estos casos la persona debe acreditar con un certificado que no puede hacerse cargo de su mascota para evitar ser sancionada.
Las épocas en las que los abandonos aumentan suelen en receso, aunque cada vez esto es menos popular y la monograma se suele amparar estable durante todo el año. “En Navidades y verano, notamos un pequeño aumento, pero no de modo significativa. Sí que es cierto que en verano recibimos más avisos, pero son de turistas que ven un animal suelto y creen que está descuidado y no es así. Ya sabemos que en los pueblos es habitual que los animales anden sueltos”, cuenta Sindo. En Ourense, a diferencia de otras provincias, siquiera aumentan los abandonos con el final de la temporada de caza.
Otros animales
En este caso, como reza la expresión, “no hay pícaro encerrado”. El trabajo de la Diputación se limita a los perros, ya que los gatos tan pronto como se suelen ocultar y encima los centros de acogida no están adaptados para ellos, ni el propio animal soporta estar encerrado. Por ello, la red solo actúa frente a falta médica del animal. En las colonias de gatos existentes se aplica el método CER, siglas que corresponden a captura, desinfección y reintroducción del animal en su hábitat.
Actualmente, la red da soporte a 85 de los 92 concellos de la provincia y cuenta con cuatro centros de acogida situados en O Carballiño, Xinzo de Limia, Muiños y A Rúa. Estos refugios acogen en la contemporaneidad cerca de de 200 perros, lo que supone un 20% de la capacidad total. La monograma, si perfectamente es cierto, varía dependiendo de la época, ya que en torno al 70% de los perros suelen ser dados en acogida en el plazo de un mes.
En esta operación salida es donde desempeñan su calado las protectoras. La Diputación mantiene un convenio de colaboración con dos, Audacia y Arume. Son las encargadas de dar difusión en redes, encontrar un hogar y formalizar la acogida de los perros. “Nuestra calado es la de recogida del animal, administrarle los cuidados veterinarios y cuidarlo el tiempo que haga desidia. La acogida se lleva a parte a través de las dos protectoras con las que colaboramos”, aseguran desde la red provincial.