La situación de los embalses andaluces tras las últimas lluvias permitirá flexibilizar las restricciones y las medidas de economía de uso de agua en Andalucía. La centro de la población que depende de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir entra en una situación de normalidad, mientras que las demarcaciones dependientes de la Asamblea de Andalucía, aunque siguen con problemas de acopio, disponen de ganancia suficiente para descabalgar al nivel de escasez severa (por debajo de la enfermo) y luego a revisar las medidas que se han venido adoptando.
No habrá una aniquilación drástica de las restricciones ni se prevén revisar las limitaciones establecidas en el zaguero decreto de sequía del pasado mes de febrero pero sí se propondrá a las tres demarcaciones que dependen de la Asamblea de Andalucía que, en función del estado de sus embalses, tras las últimas lluvias puedan aliviar las restricciones que se han implementado en los últimos meses siempre en torno a un criterio fundamental: «Lo primero es respaldar el consumo de agua y luego la agricultura y la industria», en palabras de la consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Expansión Rural, Carmen Crespo.
Así, la Asamblea de Andalucía va a proponer en sus tres demarcaciones que se amplíe el ganancia de agua arreglado que en algunas zonas de Andalucía dependientes de la cuenca Mediterránea está establecido en 160 litros por persona y día. El objetivo es que se amplíe en función de la situación de los embalses a 180, 200 o 225 por persona y día. Esto permitirá a los ayuntamientos y a los operadores de acopio tomar las medidas oportunas y flexibilizar cuestiones como la reducción de presión en grifos, el cerrojo de las duchas de playa o el riego de jardines y espacios públicos siempre que se justifique la excepción y esté asegurado previamente el consumo de agua.
En esos mismos comités de sequía se analizará si junto a o no flexibilizar la prohibición de llenado de piscinas privadas especialmente en la Costa del Sol y en zonas dependientes de la cuenca mediterránea. La consejera eludió detallar de momento una posición sobre esta medida, de la que están exentos los hoteles, que quedará irresoluto de la posición de los distintos ayuntamientos y las operadoras de acopio en los comités de sequía.
Las medidas todavía permitirán flexibilizar las restricciones existentes para el campo. En zonas como el Guadalete-Barbate, la previsión es que los cultivos pasen de tener una obstáculo de uso de agua del 75% al menos al 50%. Y en la cuenca Mediterránea que se pueda rebasar la barrera establecida en estos momentos en algunas zonas en cinco hectómetros.
Por zaguero, en el caso de la industria, la Consejería prevé que las lluvias y el incremento de las reservas permitan que las limitaciones pasen del 20 al 10% y luego que se pueda reactivar de forma progresiva la normalidad en el uso de agua para esta actividad económica.
Todas estas medidas de flexibilización, cercano a la renuncia formal al traslado de agua potable en barco a Andalucía (aparte que de forma puntual se produzca alguna avería en alguna de las desaladoras) se pueden adoptar una vez evaluados formalmente los resultados de las últimas lluvias. Las reservas andaluzas crecieron en 1.260 hectómetros cúbicos en una semana y se encuentran al 39% de su capacidad con 7.781 hectómetros cúbicos de agua.
«Hay una gran desigualdad en la sequía en Andalucía«, incidió la consejera, quien señaló que mientras en la Demarcación del Guadalquivir la situación es ya casi de normalidad, las cuencas intracomunitarias mantienen aún niveles preocupantes. Las cuencas Mediterráneas se encuentran al 27% de su capacidad, la cuenca Guadalete-Barbate al 27,2% y el Tinto-Odiel-Piedras al 49,78%.