El expresidente del Gobierno, José María AznarEl presidente ha considerado esta mañana que los pactos del PSOE con el independentismo, que ahora se extreman con la participación de Junts, constituyen uno de los mayores riesgos para el futuro del país. “La rendición del socialismo al secesionismo es el acontecimiento más destructivo que hemos sufrido”, afirmó.
Durante la inauguración del campus de FAES, Aznar advirtió que las negociaciones actuales iluminan “un proyecto de deconstrucción constitucional” y conllevan el riesgo de una “disolución nacional”. Un proyecto que “quiere acabar con la Constitución”, rompiendo el principio de una ley igual para todos: “Hay que repetir, ya basta”. Aznar ha afirmado la movilización de todas las instancias y todos los actores que defienden el modelo institucional y de convivencia. «Nadie con sentido de responsabilidad debe quedar fuera. Tampoco la propia izquierda constitucional”, afirmó.
Aznar ha cargado concretamente con un proyecto de amnistía que considera “una invitación a volver a hacerlo” y que “legitima un caso de sedición gravísima”. El expresidente ha considerado que “ningún Estado democrático puede aceptar lo que aquí, en España, se quiere hacer pasar por normal”.
Aznar ha advertido de que “existe un riesgo cierto” para la continuidad de España como nación, como comunidad política de ciudadanos libres e iguales y como Estado de derecho aplicado por jueces y tribunales independientes. Todo ello está en juego en lo que ha definido como “una operación de desmantelamiento de la Constitución» y «reversión de una gran historia de éxito».
Según Aznar, los gobiernos surgidos de la alianza entre la izquierda y el secesionismo han dilapidado “el capital político del consenso constitucional” hasta agotarlo. Es esta retroalimentación y la necesaria voluntad del PSOE lo que lo convierte en un problema de primera magnitud. “Porque el secesionismo impulsado por el Partido Socialista -sea cual sea ahora- cree haber encontrado su momento, el que marca el punto de no retorno hacia la destrucción de la Constitución”, advirtió Aznar.
Ante lo que ha definido como un dilema existencial para la nación, Aznar ha considerado que “España acumula energía cívica, institucionalidad y masa crítica nacional para evitar que se consuma este proyecto de deconstrucción constitucional, este proyecto de disolución nacional”. Pero para ello, ha dicho, es imprescindible “activar todas esas energías” para “ponerse de pie con toda determinación, a un plan que quiere acabar con la Constitución porque la Constitución es vista como un obstáculo para materializar su ambición de poder por esa izquierda irresponsable e insolidaria que niega la ciudadanía democrática, libre e igualitaria.
Aznar ha proclamado la necesidad de vivir “en el éxito de la convivencia, la unidad, el pluralismo y la misma ley para todos” frente a “un sistema basado en la exclusión, en el sectarismo, ni en la destrucción programada de la nación”. Y ha cuestionado la normalidad con la que se asume que la gobernanza del país depende de Carlos Puigdemont: «No hay Estado que no avergüence a sus ciudadanos en el que a un prófugo de la Justicia se le concede carta de naturaleza y se acepta que un posible Gobierno depende de la voluntad de un golpista (…) Nada más perverso que esto falsa normalidad con la que quieren vivir un proceso de autodestrucción constitucional.
Pero su diagnóstico no se centra en el choque frontal con los planteamientos y actuaciones independentistas, algo que se da por sentado. Pero pone el foco en el necesario papel del PSOE: «Debemos tener la idea clara de que el peligro no viene de fuera; “Está inducida por una fuerza política, el Partido Socialista, que se ha convertido en el desencadenante de un síndrome en el que quienes tienen que defender la Constitución frente al Gobierno se convierten en sus principales atacantes”.