“Ser nieta de emigrantes me diferencia mucho en redes sociales”



Sus abuelos ourensanos emigraron a Estados Unidos y retornó a la tierra de sus mayores con el aporte de un idioma que le permite dar clases de inglés. La dedicación a las redes sociales llegó luego, de forma casual, para promover el negocio de sus suegros en Celanova. Ahora acumula casi 33.000 seguidores en su cuenta de Instagram. 

Para quien no la conozca, ¿quién es @anapolitan?

Me considero una persona natural y cercana. Creo que eso es lo que más atrae a la muchedumbre. Igualmente, poco que me diferencia mucho, es que soy nieta de gallegos emigrados. Como muchos otros ourensanos, mis abuelos marcharon en los primaveras 60, concretamente a Estados Unidos. Allí nací, estudié y crecí, pero todos los veranos volvíamos a Ourense aprovechando que mis abuelos se jubilaron y retornaron a Galicia. Más tarde, en 2017, volví a España y conocí al que hoy en día es mi marido y decidí cambiar mi vida por completo. Esto ocurrió en 2018 y dejé mi pisito, mi trabajo como profesora… y construí una vida aquí con Lucas, mi pareja, que todavía es profesor. En las redes sociales muestro un poco todo eso.

¿Cómo arrancó  en las redes?

Mis suegros tienen una tienda de moda en Celanova y hace cinco o seis primaveras decidí ayudarles con las redes sociales. Les iba acertadamente en su negocio, pero no tenían ni idea de cómo funcionaba el social media. Yo sabía subir mis fotos y publicitar el negocio de mis suegros más allá de los clientes que cruzan las calles de Celanova. A raíz de ese contenido que iba compartiendo, empezó a ambicionar el perfil y de tener mis 300 seguidores dio un brinco a 2.000. A posteriori me casé y de retrato de miel nos fuimos a un destino fotogénico como Bali y el perfil volvió a dar otro saltito. Fue entonces cuando decidí profesionalizarme y combinarlo con mi trabajo de profesora de inglés. Me lo tomé como un complemento de mi trabajo principal. 

Comportarse como influencer es…

Tener horarios muy estrictos. Subir fotos cada dos días, historias todos los días y crear un contenido centrado en ti, que es lo que más gusta a la muchedumbre. Hace tres primaveras decidí trabajar con una agencia de influencers. La agencia es gallega y se pasión Bushido. Desde que estoy con ellos puedo datar a marcas que yo sola no lograría. Es un trabajo muy atún, creativo y dinámico y está muy acertadamente para complementarlo con otras cosas. Nunca me dedicaría al 100% a las redes, ya que no sé lo que puede depararme la vida en el interior de unos primaveras. Me gusta abastecer mi trabajo de profe y esto es como un hobby que me da la posibilidad de desarrollar mi parte más artística. 

Deliberar con los ‘haters’ es…

No hago caso a esos comentarios. De todas formas, mi comunidad es muy pacífica y bonita. Nunca tuve problemas. Me siguen perfiles de madres y familias y no entro en polémicas.

¿Qué muestra en redes?

Yo quiero mostrar mi casa, mi pueblo, mi comunidad… Intento mostrar una pequeña porción de mi día. Siempre enseñas esa parte bonita, pero no siento que sea un perfil embustero. Esa es la esencia para abastecer la ilusión por crear contenido en redes sociales. Igualmente intento delimitar mi tiempo de consumo para desconectar y eso se lo inculco a los niños. Hay que cultivarse a consumir acertadamente las redes sociales. Estamos normalizando tener la piel perfecta, comprar equis zapatillas, y eso puede gestar muchos trastornos alimenticios o de la percepción, entre otros. Por otra parte, todavía transmito a los niños que ser influencer no es igual de ser rico. Creamos contenido, pero hay que ser conscientes de los riesgos que hay. Antiguamente los niños querían ser futbolistas y ahora instagramers. Dedicarse a ello solamente es una rifa.

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