Las últimas lluvias son «una excelente información» para velar la sequía en Andalucía y Cataluña «pero no hay que desmontar la control». Son palabras de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Desafío Demográfico, Teresa Ribera, en un desayuno informativo de Europa Press.
La ministra ha indicado que, aunque ha llovido, algunas cuencas y demarcaciones siguen «estando por debajo de la media de los últimos 25 primaveras» y que algunas zonas de España tienen «unos índices un tanto preocupantes».
«Las cuencas mediterráneas de Andalucía o, en particular, las cuencas interiores de Cataluña, siguen estando en un nivel bajo para la época del año en la que estamos. Por eso, yo creo que el mensaje es: aunque sea una muy buena información, no hay que desmontar la control», ha público, para a posteriori advertir de que «este tipo de episodios de sequías prolongadas y acumulación de lluvias va a ser cada vez más frecuente y el agua es un factor precioso para el bienestar de las personas, para la actividad económica».
Preguntada por la situación de Cataluña y si será necesario el traslado de agua en barco, la vicepresidenta ha indicado que confía en que la mandato que se está haciendo desde la Generalitat, desde Agbar y Radio Metropolitana de Barcelona «permita el poder chocar con toda la cautela, con toda la prudencia por parte de los usuarios, estos próximos meses, con cierta tranquilidad».
No obstante, ha señalado que siguen «trabajando en el ambiente, en la hipótesis» de la penuria de agua adicional. «Es proponer, estar preparados, por si hiciera desidia, para poder disponer de una toma de agua en una desaladora, cuya capacidad de producción está muy por encima de lo que se está empleando», ha subrayado.
Desaladoras para Cataluña
Asimismo, Ribera ha remarcado la «intención» del Gobierno de que las dos desaladoras nuevas para Cataluña estén en funcionamiento en 2028 y 2029, y ha puesto de relieve que se está «invirtiendo en infraestructuras hidráulicas muchísimo, muchísimo más que nunca. Creemos, por otra parte, que es un boleto muy perfectamente empleado», ha defendido, al tiempo que ha asegurado que la coordinación con la Generalitat está siendo buena en esta materia.
En Cataluña, Ribera considera «imprescindible» acometer una política hidráulica «enormemente seria y compleja con estos bienes adicionales». «La última desaladora se inauguró en el año 2009. Hubiera sido deseable una inversión mantenida», ha manifestado la vicepresidenta, quien ha puntualizado que «todavía ha ocurrido en Andalucía», donde «se abandonó un esquema de desalación en el año 2012».
En cuanto a la posibilidad de estrechar los regadíos, Teresa Ribera ha señalado que «el principal consumidor» de agua dulce es la agricultura y «casi el 80% del agua de España se destina a uso agrícola» pero que «se está acometiendo un proceso muy importante de eficiencia en este uso» y un proceso de comparsa al sector.
En este contexto, ha explicado que España, «como todos los países que están ubicados en zonas de transición climática, cada vez enfrenta más episodios de tensión en torno al agua». Por consiguiente, cree que hay que pensar de cuánta agua se dispone en escenarios extremos, por sequía o por inundaciones, y de qué modo se puede aportar más agua, «con bienes que ayer se llamaban no convencionales, a través de la desalación, a través de la reutilización, por supuesto, a través de la eficiencia».