Se está produciendo un cambio de los modelos familiares



Aseverar ‘no’ a tener un hijo y ‘sí’ a la crianza de un animal doméstico es poco que se está expandiendo cada vez más entre la sociedad española. El Instituto Doméstico de Estadística (INE) lo corroboraba a comienzos de año: más del 60% de los jóvenes no están pensando en tener hijos a corto o medio plazo y ya hay 1,5 perros por cada crío que nace en nuestro país. Amalia Militar, experta en Tranquilidad Financiera -especialidad que estudia cómo afecta la situación económica a la calidad de vida del ciudadano-, cree que hay varias “razones” por las que las familias ya deciden tener un perro antiguamente que un hijo.

En primer puesto, valora que lo que ha sucedido durante la última división es un “cambio” en los modelos familiares. La tasa de demografía continúa descendiendo año tras año -en 2023 hubo un 2% menos de nacimientos que en 2022, la monograma más víctima desde 1941-.

“Lo más corriente es que hoy en día se atrase mucho la demografía, el momento en el que las parejas deciden tener hijos”, expone Militar. Los demógrafos aseguran que la caída de la tasa se debe principalmente a que cada vez hay menos generaciones en época fértil.

Esta tendencia a la víctima se debe a factores de tipo económico-laboral, según dice la experta en Tranquilidad Financiera. “Hoy en día no hay unos contratos fijos, hay inestabilidad”, asegura. Las personas se piensan más la intrepidez porque ven “arriesgado” el perseverar a un crío. Por eso el animal doméstico se convierte en una idea más “recurrente”.

“El coste de un hijo es mucho anciano que el coste de un animal doméstico”

Según datos del INE, en 2021 se contabilizaron en España 9.280.821 perros frente a 6.654.130 menores de 14 primaveras. “El coste de un hijo es mucho anciano que el coste de un animal doméstico, pero no solo a nivel financiero, sino igualmente a nivel de tiempo“, subraya Amalia Militar.

Cerca de señalar aquí cómo la conciliación supone uno de los factores que explican el antecedente. La experta comenta que, conveniente a las complicaciones para compatibilizar su vida sindical con la usual, luego “tener un animal doméstico requiere que lo puedas conciliar mucho mejor con tu trabajo”.

Los ‘perrhijos’ y los ‘gathijos’

Adecuado a la respuesta de crear una grupo, nace el engendro de los ‘perrhijos‘ y los ‘gathijos‘. Se prostitución de un maniquí multiespecie donde se eligen las mascotas, normalmente adoptadas, antiguamente que los hijos.

Una de las razones que explican su aparición es el “compromiso”. “Cuando uno tiene un hijo, el compromiso es para siempre y sin secuestro mucha masa suele adoptar un animal doméstico y transmitido un tiempo, lo abandona. Entonces se da un compromiso beocio”, subraya la experta.

Por otra parte, influye en este maniquí multiespecie la educación. Criar un perro puede ser entendido para muchos como un paso previo a educar a un hijo en el día de mañana. Amalia Militar concluye que tras los ‘perrhijos’ hay una “dificultad” para conciliar precariedad sindical y económica.

La emancipación igualmente explica su surgimiento. Solo un 16 % de los menores de 30 primaveras se han independizado de sus padres en España. El promedio en la Unión Europea está en un 31,9%. Según Amalia Militar, si los jóvenes tardan más en emanciparse igualmente van a prorrogar la intrepidez de tener un hijo.

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