Los Raso del Portillo se imponen en el cierre del Alfarero de Oro de Villaseca


Otra nueva tarde comenzó el martes, último, del XXIII Certamen de Cerámica de Oro 2023 en la localidad toledana de Villaseca de la Sagra, y lo hizo con Buen ambiente en las líneas. La corrida de toros celebrada ayer fue la aplazada por la DANA que tanto afectó a la comarca de la Sagreña y que tantos daños ha causado en numerosos municipios. En esta ocasión se torearon novillos del Raso de Portillo y Alejandro Vázquez.

El primero de la tarde, desde la ganadería del Raso de Portillo, acudió al torero de Sanlúcar de Barrameda “El Melli”. Desde el inicio el toro mostró capacidad para humillar a ambos pitones aunque le faltó algo de fuerza. Melli se mostró dispuesto en una tarea en la que le faltó compromiso. Silencio y ovación al toro en arrastre.

El segundo toro de la tarde cayó Jesús de la Calzada, correspondiente al ganado que pasta en tierras cacereñas, Alejandro Vázquez. Durante la faena, el torero demostró sus cualidades con la mano derecha en los primeros asaltos. Sin embargo, a la dirección le faltaba transmisión y mayor ajuste en la dirección. Silencio en el arrastre del toro.

En el tercer novillo de la tarde, desde la estancia de Alejandro Vázquez, Víctor Cerrato brilló en el caballo. Desde el inicio del trabajo, Cerrato tuvo buena actitud, destacando su aplomo y madurez. Prescribió series cortas ante un novillo parado. Mató de una estocada, lo que le obligó a volver al ruedo, mientras que para el toro se hizo el silencio en el arrastre.

De la estancia de Alejandro Vázquez fue el cuarto toro de la tarde, que fue aplaudido en la salida por su truco, aunque fue devuelto tras sufrir una fuerte picadura. Así en el cuarto bis, del mismo ganado. Melli mostró su voluntad desde el inicio de la faena. Sin embargo, su trabajo ante el animal no cobró impulso, lo que significó silencio para el matador y silencio en el arrastre.

De Raso de Portillo fue el quinto novillo, que demostró raza y calidad por el pasador derecho. De la Calzada dio unas series estimables con la mano derecha. Al finalizar la faena, el torero recogió palmas, mientras el toro era aplaudido en el arrastre.

Él sexto novillo, de la misma ganadería que el anterior, tenía transmisión y era exigente. En este turno, Cerrato se mostró dispuesto a machetear al toro desde abajo. Silencio al torero y silencio al toro en arrastre.

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