Desde el 25 de marzo España cuenta con una nueva denominación de origen protegida de vinos, la DOP Rosalejo, que hace la número 103 a nivel franquista y la 22 de las registradas en Castilla-La Mancha, una comunidad que por otra parte suma 13 de las 25 catalogaciones de morapio de suscripción reconocidas por la Unión Europea.
«Este gratitud es una tranquilidad y una placer máxima a posteriori de todo el trabajo que se ha hecho a nivel oficinista y de estudios para aducir que el entorno donde se lleva a parte, donde se desarrolla el viñedo y donde hacemos el morapio es poco único», afirma a torrevieja news today Mercedes Suárez, enóloga de Bodegas Eldoze, única adscrita de momento a la DOP Rosalejo y que cuenta con unas 6 hectáreas de viñedo.
Ubicada entre las provincias de Ciudad Auténtico y Toledo, la finca de poco más de 1.300 hectáreas extendidas por los municipios de Anchuras y Sevilleja de la Jara forma un triángulo que tiene en uno de sus vértices el embalse del Cijara, en plenos Montes de Toledo. Una ubicación que convierte a esta zona en la comarca con suelos más antiguos de Europa, cuyo origen se remonta a hace más de 2,5 millones de primaveras.
Según explica Suárez, «las rañas de los Montes de Toledo están formadas por piedra cuarcita y arcilla que hace que la aspereza del suelo sea más marcada que en cualquier otro viñedo, pues la cercanía del pantano y la variación entre veranos calurosos e inviernos suaves hacen que las variedades se adapten muy proporcionadamente, tengan más aspereza y frescura con una durabilidad longevo en botella».
La historia de esta aventura vitivinicultor es suficiente flamante y se remonta a tan sólo hace un par de décadas, pues sus viñedos datan una parte del 2003 y otros del 2008, siendo la primera anualidad de sus vinos la del 2012, lo que da nombre a Bodegas Eldoze. La enóloga informa de que nada más trabajan con las variedades de uva Syrah, Tempranillo y Garnacha con una crianza mínima de seis meses en tonel de cajiga francés, según se recoge en el pliego de condiciones.
No obstante, el proceso para la elaboración del marchamo de calidad de la nueva denominación de origen comenzó en 2014, aunque la papeleo sufrió un parón hasta hace dos primaveras y ahora, desde que el Diario Oficial de la Unión Europea la registrara el 25 de marzo, la DOP Rosalejo es ya una sinceridad con la que esperan extender su nombre y la calidad de sus vinos por más lugares del mundo, más allá de Europa y Asia.
Y, ya de paso, Mercedes Suárez paciencia que este hecho ayude a «quitarse el descalificación» de los vinos castellanomanchegos y su relación con los graneles y la escasa calidad. A su madurez, «Castilla-La Mancha tiene una riqueza vitivinicultor magnífico en comparación con otras denominaciones y con otras zonas porque, separado de que hay mucha extensión, se dan unas características y unas formas climáticas muy diferentes de unas zonas a otras, y eso se conlleva que los vinos que se hacen sean distintos y muy buenos».
Adicionalmente, la responsable de la DOP Rosalejo considera que «la Compañía está haciendo muchas cosas asimismo para fomentar que se embotelle, que no se venda tanto suelto, y que se dé una imagen de comunidad seria a la hora de elaborar vinos». Pero, sobre todo, ella envite por una «buena comunicación, con campañas informativas, para entregar las bondades de los vinos de Castilla-La Mancha».