En la primera parte el cuadro afilador se encontró con un oponente muy incómodo, que fue práctico y seguro en defensa con lo cual su puerta no pasaba por apremios significativos. Perfectamente es cierto que el Nogueira renunció en cierta medida al buen esparcimiento que nos tiene acostumbrado, pero la conexión entre el medio campo y su ataque sufría continuos cortocircuitos, más allá de una obra que fue invalidada por un fuera de esparcimiento que abrió la polémica, pero que con el pasar de los minutos no sirvió de escusa para tapar el flojo concurrencia que por entonces desesperaba a su monitor.
La ocasión más clara generada por los afiladores estuvo en las botas del defensa Trigo cuyo remate adentro del dominio se marchó pegadito al palo derecho. El Loñoá seguía con su guion de agruparse ordenadamente en defensa y si sonaba la flauta capturar alguna obra de contragolpe. Lo más reseñable fue un disparo retirado de Peque que se fue sobre el travesaño.
Estaba claro que los anfitriones debían averiguar nuevas soluciones si pretendían quedarse con los tres puntos, pero era su rival el que dio el primer aviso y nuevamente como protagonista Peque que casi sorprende al meta Borja que terminó despejando el balón sobre el travesaño.
El monitor Toño Cerdeiro movió el banquillo, dando entrada a Javi Alonso y a Óliver que tuvo su primera oportunidad quedando mano a mano con Changui, pero su remate a colocar fue despejado por el cancerbero visitante.
Pero la sorpresa saltó en A Tella. Balón colgado al dominio por parte de Antón y la aparición por el segundo palo de Álvaro terminó empujando el balón al fondo de la red para colocar el 0-1. Uno de los porteros del Loñoá que ayer se disfrazó de atacante le ponía más cuesta en lo alto las cosas a los dueños de casa.
A partir de entonces y como era sensato el Nogueira debía olvidar esquemas para intentar que no se consumara una derrota, mientras el cuadro rojillo reforzó aún más su defensa para resistir lo que comenzó a ser un continuo asedio tópico y para eso la figura de Changui volvía a auxiliar a los suyos despejando un buen remate de Ander.
Los minutos se iban consumiendo como la desesperación del cuadro afilador al ver que no había forma de perforar la muralla visitante, mientras que sus aficionados sufrían de lo hermoso, pero con la esperanza de quedarse con lo que podía ser una vencimiento valiosa.
El Nogueira empleó el camino de colgar balones al dominio y en uno de ellos, cuando se cumplía el minuto 90, lo aprovechó Hugo Pérez para conquistar el 1-1.
Aún quedaban por delante varios minutos de descuento y los locales no se conformaban con el igualada y en el enésimo balón que Óliver colgó sobre el dominio generó una serie de rechaces que al final terminaron en los pies de Lobo cuyo remate entró llorando delante la desesperación del cancerbero Changui, para establecer el definitivo 2-1 que generó la insensatez colectiva de sus aficionados y los jugadores que formando una montaña celebraron un triunfo secreto en esta recta final del campeonato y sabiendo que a veces hay victorias que se logran por otros derroteros, pero que pueden significar un progreso.