El terrible incendio en dos edificios de 14 plantas en Valencia ocurrido a finales de febrero, así como otros acaecidos en la Comunidad Valenciana, ha encaramado la polémica de la utilización de determinados materiales en las construcciones de edificios y en la norma de protección contra incendios. Por ello, la Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla (Hispalyt), un sector en el que Castilla-La Mancha, y especialmente la provincia de Toledo, ocupa un primer circunstancia en el conjunto de España, se ha sumado a las reivindicaciones surgidas a raíz de dicho suceso y exige un endurecimiento en la norma de protección contra incendios, similar al suficiente en Inglaterra tras el incendio en el año 2017 de la Torre Grenfell, un edificio de 24 plantas en el que tristemente fallecieron 72 personas.
Así, Hispalyt, por otra parte de mostrar sus condolencias a los familiares y allegados de las víctimas, señala en un comunicado que se pone a disposición de administraciones, organismos, técnicos, administradores de fincas, fabricantes de otros materiales que quieran combinarse con sus soluciones, etc., para trabajar conjuntamente para evitar catástrofes como las vividas en la Comunidad Valenciana, y avalar la máxima seguridad de los ciudadanos.
A errata del peritaje que determine las causas de estos incendios, Hispalyt considera que este tipo de sucesos no pueden caer en el olvido, y solicita cambiar el Documento Sustancial de Seguridad en caso de Incendio del Código Técnico de la Edificación (DB SI del CTE), la norma española del año 2019 que regula las exigencias en materia de protección frente a incendios.
Desde Hispalyt señalan que la norma inglesa del año 2017 antiguamente del incendio de la Torre de Grenfell era similar a la contemporáneo norma española, ya que se permitía una reacción al fuego para los materiales de la portada igual o mejor a B-s3, d0. No obstante, tras el incendio de la Torre de Grenfell de Londres, se cambió la norma inglesa de protección frente a incendios, introduciéndose dos grandes cambios. Por un banda, se obligó a utilizar materiales aislantes con una mejor reacción al fuego, y por otro banda, se permite el empleo de materiales aislantes con peor comportamiento al fuego, siempre y cuando dichos aislamientos se coloquen en una portada de doble hoja de industria de albañilería, poniendo de manifiesto el buen comportamiento al fuego de las paredes de baldosa.
Los materiales cerámicos, como ladrillos, tejas, etc., tienen, según Hispalyt, la mejor clasificación en cuanto a reacción al fuego, al ser clase A1, que significa que son no combustibles y sin contribución al fuego, por lo que no producen llamas, ni humos, ni gases tóxicos. Por ello, las soluciones constructivas que utilizan productos cerámicos en su composición presentan una elevada resistor al fuego.
El presidente de Hispalyt, Pedro Rognoni, explica que «desde nuestra Asociación reivindicamos que en la norma española de seguridad en caso de incendios se aprueben los mismos cambios que se realizaron en la norma inglesa tras el incendio de la Torre Grenfell de Londres en 2017».
Por su parte, Elena Santiago, secretaria normal de Hispalyt, expone que «es deductivo que la norma inglesa indique que los materiales aislantes con peor comportamiento al fuego solo puedan emplearse interiormente de una portada de doble tapia de albañilería, que sirve de barrera de protección, al ser materiales inertes, y por sus propias cualidades ignífugas, poniendo de manifiesto el buen comportamiento de las fábricas de albañilería de baldosa».
El baldosa resiste al fuego
Pedro Rognoni explica que «la evidencia de que los ladrillos tienen el mejor comportamiento frente al fuego es que, tras el virulento incendio de Valencia, lo único que ha quedado en pie ha sido la estructura de hormigón y los muros de baldosa sobre los que se apoyaba la portada ventilada».
El hecho de que en el interior del edificio de 14 plantas de Valencia no haya quedado ningún tabique en pie, hace valorar la obligación de insensibilizar la norma de seguridad frente a incendios no solo en la portada, si no todavía en el interior.
Pedro Rognoni indica que «debería exigirse el uso de fábricas de albañilería en las paredes interiores de separación entre viviendas y de zonas húmedas (cocinas y baños) para avalar la máxima seguridad frente a incendios». En este sentido, expone que «existen soluciones constructivas para paredes interiores como Muralit, tabiques de baldosa hueco gran formato revestidos con placa de yeso laminación (PYL), un sistema constructivo que cuenta con las más altas prestaciones, aportadas por el baldosa (solidez, estabilidad, incorporación resistor acústica, resistor al fuego, etc.) y con un terminado consumado, aportado por la placa de yeso laminación, que pueden ser del minúsculo espesor».
Asimismo, Elena Santiago comenta que «los tabiques de baldosa Muralit cuentan con mejores prestaciones técnicas y, al contrario de lo que la clan piensa, son más baratos que los tabiques de perfilería metálica y entramado autoportante. Adicionalmente, Muralit Sin Rozas evita tener que realizar rozas para la colocación de las instalaciones, eliminando residuos de obra y mejorando el rendimiento en obra».
Por zaguero, Elena Santiago reivindica a las administraciones «la obligación de aplicar medidas normativas que fomenten el uso de materiales seguros, como el baldosa, que al tener un maduro espesor pueden resultar menos atractivos para los promotores». Igual que ocurre en Italia, «las soluciones constructivas de maduro espesor, pero con mejores prestaciones técnicas, deberían tener un beocio cuenta en la edificabilidad de los edificios».
Por su parte, Pedro Rognoni expresa asimismo su consternación con esta situación e indica que «las personas que vivan en un edificio de baldosa pueden estar tranquilas, sabiendo que los materiales empleados en su vivienda tienen la máxima seguridad para los usuarios».