El implicado corría el peligro de ser atropellado en una carretera de mucho tráfico, y para evitar el peligro los agentes intervinieron. Se encontraba en gran medida adulterado y dio positivo en un test de alcoholemia. Todo apunta a que, por otra parte, sufría algún problema de salubridad mental, ya que “hablaba de con dificultad, sin coordinación y con nula coherencia”, según testigos del suceso.
De modo que los agentes solicitaron la colaboración de una ambulancia, que trasladó al implicado a Urgencias, donde pasó la confusión.
Un atropello mortal, todavía en el presente
Hace menos de dos semanas, la ciudad de Ourense ya vivió un suceso similar pero con el peor de los resultados.
El pasado 24 de marzo, un hombre fue atropellado en el Puente Nuevo por dos coches, que terminaron con su vida. Todavía se investiga la identidad de uno de los conductores, que tras arrollar a la víctima se dio a la fuga.
Así, los agentes en esta ocasión tomaron la drástica valentía de trasladar al hombre, con el objetivo de evitar otro dificultoso atropello.