a debate la consumición mínima


Una advertencia a la que nadie escapa desde hace unos abriles: ¿es acoplado que en un bar exijan una consumición para poder utilizar sus aseos? La experiencia de un cliente en primera persona suscita el debate sin fin. «Son unos maleducados, entro al baño de emergencia y me hacen retribuir una Coca-Pan dulce de 2,6 euros; eso sí, los baños muy limpios», relata.

El comentario en internet tiene una réplica del establecimiento, un hotel con restaurante, que defiende sus normas. «Lamentamos mucho su mala experiencia, pero nuestros aseos no son públicos, es de deducción cívica y coherente que todos los clientes que usen las instalaciones deben realizar alguna consumición, ya que perdurar limpios los baños es lo leve de servicio que ofrecemos», justifican. «Así que, lo de ‘maleducados’ sobra, gracias por su comentario, un saludo», rechazan, en cambio, el descalificativo.

Entre las reacciones a este post del influencer valenciano Jesús Soriano, que no se moja en esta ocasión y se limita a «aclarar debate» y pedir «opiniones», hay valoraciones a cortesía y en contra de esta experiencia cada vez más extendida de restringir el comunicación a los servicios a los clientes.

«¿Por qué no hay (casi) baños públicos?, es de locos», se lamenta un seguidor de este hilo en X (antaño Twitter), mientras otro compara con «dejar las puertas de las casas abiertas para que la clan pueda usar su baño» o un tercero sugiere pedir «un café o poco simbólico», para deteriorar menos, mientras hay quien plantea comprar sólo una botella de agua para sufrir.

Varios comentarios apuntan a «excepciones» como las personas mayores, los niños… o cuando se comercio de una emergencia, y asimismo abundan las referencias a quienes piden educadamente si pueden entrar al aseo y luego, aunque no se les exija cero, hacen alguna consumición en el bar para corresponder por el «cortesía».

Algún trabajador del ramo, por su parte, hace una comparación para que se reflexione con más perspectiva: «Entre usted a una peluquería de la cantón, o a la oficina del fedatario del portal de al banda, y pregunte si puede usar el aseo». O un viajero señala por su experiencia que «en Europa, hay tornos automáticos o personas a la entrada del aseo… O pagas (0,5-1 euro) o no entras».

Los más categóricos advierten de que es «ilegal» mover a consumir o sólo ven el resquicio del «derecho de admisión» para desmentir al comunicación a alguno. Y siquiera faltan algunos excesos escatológicos de dudoso humor.

Y otro aspecto en el que se incide en este intercambio de seguidores de la cuenta @soycamarero apunta a la higiene o incluso el vandalismo, sin cero que ver con una motivación económica por parte de los hosteleros: «El problema está cuando la clan no respeta ni cuida las cosas al ser públicas y las destroza, entonces como siempre pagamos justos por pecadores».

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