Rueda planteará «pactos» sobre temas «fundamentales» y la defensa del modelo gallego


A las 9.30 de este martes, Alfonso Rueda subirá a la tribuna de oradores del Parlamento de Galicia para exponer el software de gobierno con el que pretende obtener la confianza de sus señorías para los próximos cuatro abriles, posteriormente de las elecciones autonómicas del pasado 18 de febrero, en las que el PP revalidó la mayoría absoluta. El presidente de la Xunta en funciones encara así su segundo debate de investidura, revestido con la legalidad reforzada que le concede su incontestable triunfo en las urnas, y en el que se demora que esboce un maniquí político más personal.

De la intervención de Rueda se saben ya algunas claves, desgranadas por él mismo en las últimas semanas. Por ejemplo, que detallará la estructura que tendrá su salita para este puesta en marcha de la XII Asamblea, con cambios significativos en la edificación de las consellerías. No habrá –todavía– nombres, que se darán a conocer previsiblemente el domingo, un día posteriormente del acto oficial de toma de posesión, en el parque compostelano de San Domingos de Bonaval. Pero sí trazará las líneas generales de sus políticas para estos cuatro abriles y la filosofía con que serán aplicadas.

El presidente en funciones ha liberal este lunes a los periodistas que tenderá la mano a la concurso para intentar fraguar «pactos» en asuntos «fundamentales» y que «preocupan a los gallegos», principalmente la gobierno de los servicios públicos. «Las propuestas serán para todos los gallegos», ha explicado, «a partir de ahora a lo que aspiro es a ser presidente de todos los gallegos, de los que me dieron la confianza y de aquellos que sin habérmela entregado esperan que haya un gobierno que vele por sus intereses».

No se esperan grandes anuncios, ya que buena parte de las líneas de hecho serán las ya esbozadas en el software electoral de los populares gallegos para el 18F. El compromiso será, precisamente, con el cumplimiento de estas medidas, según apuntaron fuentes próximas al candidato, «poco cada vez menos popular en la política contemporáneo».

En su discurso –que no se prevé que supere la hora y cuarto de duración–, Rueda hará una defensa del maniquí político gallego, del progreso conseguido por la Comunidad desde la consecución de la autonomía y la validez de los marcos estatutario y constitucional, «guías» para «seguir transitando por el camino que los gallegos han avalado en las urnas», frente a las recetas que plantean una reparación a la totalidad.

Según estas mismas fuentes, Rueda pondrá en valía una vez más el ‘sentidiño’ y la moderación frente a las «iniciativas separatistas», que si acertadamente vieron frenadas sus aspiraciones en Galicia el pasado 18F, condicionan la política franquista, poco que «preocupa» al presidente en funciones. Encima, subrayará la plena vigencia de un maniquí que permite a Galicia ser «una tierra orgullosa de su autonomía, de su identidad y de su franja», y que eso sea compatible con «formar parte del tesina popular que es España».

Por postrero, se demora que Rueda aproveche el altavoz del debate de investidura para seguir aquilatando su perfil protagonista en la política franquista, fijando una linde roja en la defensa de los intereses de Galicia, cuya voz «se hará oír más allá de sus fronteras», apuntan sus próximos.

La concurso, en el no

Los dos principales partidos de la bancada opositora van a escuchar lo que este martes les cuente Rueda, pero no parece que se vaya a producir una epifanía que les mueva un milímetro de su rajado rechazo al candidato popular. «No esperamos mucho», ha obligado el lunes la viceportavoz nacionalista Olalla Rodil; «espero que Rueda me sorprenda», ha concedido al menos el líder en ciernes del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, con poco optimismo. La concurso dará la réplica a Rueda el jueves, en una sesión que empezará 48 horas posteriormente de que remate su intervención el candidato.

«Votaremos en contra porque vemos al PP más sometido a los intereses madrileños de los últimos abriles», afirmación que Rodil ha ilustrado con el hecho de que Rueda acudiera el sábado a la boda del corregidor de la renta, José Luis Martínez-Almeida y eso retrasara el debate de investidura. «Nos permite ver el perfil del candidato; primero el partido, segundo Madrid, tercero los colegas y cuarto, si eso, los gallegos», ha reprochado la diputada nacionalista, «no apoyaremos a quien representa una Galicia cada vez más pequeña».

Por su parte, Besteiro ha trasladado su compromiso de realizar «una concurso constructiva, rigurosa y firme», con «mano tendida para entrar a acuerdos de país», y reclamó a Rueda «una tarea protagonista, que es lo demandado y deseado por al ciudadanía». El PSdeG además ha hecho chascarrillo con la boda de Almeida y ha contrapuesto «la celeridad» en la toma de decisiones administrativas antiguamente de la convocatoria de las elecciones –alineándose con la teoría Tezanos de los subsidios a distintos colectivos– con la «calma chicha» para celebrar el debate de investidura en el Parlamento. Besteiro se ha comprometido a una concurso «constructiva, rigurosa y firme» con «mano tendida para entrar a acuerdos de país». Por lo pronto, sobre el tesina de Altri en Palas de Rei –defendido en su día por su propio partido– ha preciso «explicaciones» a la Xunta por los cambios en las cifras y magnitudes de la almacén de fibra textil. Promete ser uno de los asuntos de la lapso.

La única –e irrelevante– intríngulis es el sentido del voto del solitario diputado de Democracia Ourensana, Armando Ojea, que evitó revelarlo la semana pasada.

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