El alcalde que estaciona mal el coche dispara las multas a los ciudadanos de Ourense



La cuestación por sanciones en la ciudad de Ourense alcanza cifras máximas en los últimos dos primaveras. O los conductores ourensanos son cada vez más irresponsables al volante o la voracidad recaudatoria se ha impuesto en el gobierno específico de la tercera ciudad de Galicia. 

En 2022 y 2023 se superó la barrera de los 2 millones de euros recaudados por infracciones a la estatuto municipal de tráfico, una barrera que solo se superó en ese bienio en los últimos 10 primaveras, según los informes de ejecución presupuestaria del Concello.

Según estos datos, en 2022 se alcanzó un mayor de los últimos primaveras, con 2,2 millones recaudados por parte de la Policía Nave, mientras 2023 se cerró con cifras similares, con poco más de 2,1 millones. En sumario, el Concello de Ourense recauda ya una media diaria de 6.000 euros en estos conceptos. 

En el mandato antedicho a la presentación de Jácome, en ningún caso la cuestación había llegado a los 2 millones, oscilando entre 1,9 y 1,5 millones de euros al año.

De hecho, el récord de multas de los últimos dos primaveras no lo contemplaba el Concello de Ourense ni en sus propios presupuestos. Si proporcionadamente es cierto que están prorrogados, los presupuestos en vigor contemplaban en los dos ejercicios una cuestación por sanciones de tráfico de 1,1 millones de euros, signo que se ha superado en un millón en los dos últimos ejercicios. 

Radares a la perspicacia

Estas cifras de récord recaudatorio de la Policía Nave contrastan, por un costado, con la puesta en marcha de nuevo del conocido como “multamóvil” que en los últimos días ya ha sido gastado en diferentes calles de la ciudad. Y todo apunta a que el plataforma de multas para las arcas municipales seguirá creciendo, ya que está por conseguir la instalación de siete radares fijos de velocidad. El Concello firmó a finales de enero el convenio para su instalación con Valoriza- todavía incluye la colocación de 17 cámaras en los accesos al Casco Vello-, la empresa elaboró un tesina que ahora deberá ser refrendado por el corregidor y, a partir de ahí, habrá tres meses de plazo para la colocación de estos cinemómetros, que podría estar registro este verano. Todo ello a posteriori de más de un año de retraso, fruto de los retrasos en la puja, a posteriori de que una empresa denunciase la baremación y provocase un obturación en los distintos procedimientos. 

Los radares estarán repartidos por distintos barrios de la billete, desde A Ponte hasta Seixalbo. El objetivo de los mismos es dominar los accidentes de tráfico al prohibir y multar los excesos de velocidad. 

 El presupuesto de la colocación, nada más, de estos ocho nuevos radares que se encontrarán en las calles de Ourense será de 249.500 euros, pues cada radar fijo vale 32.950 euros y el radar móvil 18.850.

Tráfico sin pacificar

Este bum de sanciones no ha calmado el tráfico de la ciudad, que sigue a la retraso de la implantación del ya consentido -pero desechado por Jácome- plan de movilidad. El propio Concello reconoce que poco no va proporcionadamente y la semana pasada anunciaba que intensificará la vigilancia y control para evitar el estacionamiento indebido de vehículos en las paradas reservadas para autobuses urbanos. El propio regidor dio orden directa a la Policía Nave para que priorice este apartado “coa finalidade de previr a proliferación de coches aparcados en diferentes paradas, como se ten detectado recentemente na do Pavillón dos Remedios, entre outras”. 

Horas extra

Mientras tanto, este subidón recaudatorio compensa, por otra parte, el plataforma de horas extras en el cuerpo, que según publicaba este revista, rondaron los 900.000 euros entre 2022 y 2023, precisamente los dos ejercicios en que se marcaron cifras máximas de sanciones, casi un millón de euros por encima de lo inicialmente presupuestado.

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